ASPECTO TEMPORAL
Como iniciativa en este curso pasaremos a repasar
el aspecto temporal de la obra a analizar:
El tiempo es algo difícil de definir. Podríamos
explicarlo como unas casillas o cajones en los que guardamos los hechos.
También como un eje en el que, a través de conceptos espaciales
(izquierda, derecha, delante, detrás..) proyectamos algo abstracto,
algo que no vemos, no tocamos, algo complicado para nosotros. El tiempo
es, sin duda, subjetivo, cosa que complica aun más las cosas. Podemos
hablar de tiempo físico, cronológico, lingüístico...
Podemos decir que el tiempo "real" es independiente del ser humano, es
filtrado por nosotros a través del lenguaje. El tiempo del reloj
no es el del lenguaje. Y esto ocurre, con toda seguridad, cuando se narra
una historia. Y al tratar con este hipertexto, aplicamos estas mismas ideas
sin diferenciar entre la clásica página de papel y la pantalla
de nuestro pc. El tiempo es el tiempo.
Como podemos observar al leer esta obra, Trip, hay un sólo
narrador (que a su vez es personaje), que cuenta los hechos fundamentalmente
en pasado simple. En las ocasiones en las que lo hacía en presente,
así lo he señalado en mis
apuntes
de lectura. Suponemos entonces que, al hablar en pasado,
está contándonos algo que ocurrió hace tiempo; y como
el tiempo hace su efecto en la memoria (como seres humanos que somos) nunca
se puede narrar con el mismo detalle algo que ocurre en el momento que algo
que sucedió en el pasado. Así pues, inevitablemente, la memoria
retiene determinados aspectos del hecho vivido. Estos detalles que permanecen
en nuestro cerebro son fruto de una selección subjetiva de nuestra
memoria, que desecha lo que no es importante. Podemos hablar entonces del
efecto del paso del tiempo en lo narrado. Efectivamente, las cosas que
nos cuenta el anciano en Trip, dice mucho de lo que el autor nos quiere
hacer ver o sugerir con la lectura de la obra. Pero eso es arena de otro
costal. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que no deja de ser una ficción:
el anciano no existe, es un personaje, pero el autor sí, que es quien
selecciona la información.
Como se señala en la descripción de la
forma
del hipertexto, he distinguido dos tipos de narraciones,
los capítulos estándar y los que he llamado capítulos-puente,
que son apuntes breves (no más de 4 líneas) entre la narración
de lo que a los personajes les sucede en cada Estado. Pues bien, estos capítulos-puente
están narrados en tiempo presente, mientras que el resto de la narración
aparece narrada en pasado simple. Y no es casualidad. Los primeros se pueden
interpretar (desde mi punto de vista) como apuntes breves que el anciano
escribía durante el viaje (de ahí que estén en presente,
son hechos inmediatos), y los segundos como el recuerdo del viaje que fue
posteriormente escrito desde algún lugar. Naturalmente, esto es
una hipótesis muy simple, y recordemos que cada lector (y muy especialmente
cada lectura) puede llevarnos a conclusiones diferentes.
Cuesta tiempo que las cosas ocurran, cuesta tiempo imaginar las
cosas, cuesta tiempo escribirlas; y cómo no, cuesta tiempo leerlas.
La narración permite que en escasos cinco minutos leamos la vida
de alguien, o que en sesenta horas delante de un libro nos cuenten
lo ocurrido en una tarde. En el caso que nos ocupa, a una media de tres
minutos por página/capítulo (recordemos que no suelen exceder
las diez líneas) los cálculos apuntan a unas tres horas y
media de estricta lectura, que, pudiendo parecer poco, se ve ligeramente
incrementada por el tiempo invertido en la búsqueda en el diccionario,
debido a la cantidad de palabras desconocidas por el lector.