GRANDES DIRECTORES | El cine y sus maestros
La nave bianca (1941)
Un pilota ritorna (1942)
L’uomo della croce (1943)
Desiderio (1943-1946)
Roma, ciudad abierta - Roma, città aperta (1945)
Paisa - Paisà (1946)
Alemania, año cero - Germania, anno zero (1947).
El amor - L’amore (1947-1948)
Strómboli - Stromboli. Terra di Dio (1949)
Francisco, juglar de Dios - Francesco, Giullare di Dio (1950)
Europa 1951 - Europa '51 (1952)
Te querré siempre - Viaggio in Italia (1953)
India (1957-1958)
El general de la Rovere - Il generale della Rovere (1959)
Fugitivos en la noche - Era notte a Roma (1960)
Viva l’Italia (1960)
Algunos de sus trabajos para televisión
La edad del hierro (1964)
La ascensión al poder de Luis XIV (1966)
Los hechos de los apóstoles (1968)
Sócrates (1970)
Blaise pascal (1972)
Il Messia (1975)
Obra cuya finalidad última es el mensaje ideológico-publicitario, en la que se conjuga un cine de vocación documental y una ficción sustentada por una historia de amor de corte marcadamente melodramático. A primera vista parece una película fascista que exalta la idea del amor casto, la abnegación de la mujer y los valores de la tradición. Rossellini muestra cierta voluntad didáctica en la descripción de la vida en el navío. Detrás de la cámara ya se puede observar una mirada humana que anuncia el cine posterior de Rossellini.
El tono utilizado durante el montaje remite curiosamente al cine de Serguei M. Eisenstein. Los planos cortos de la nave pretenen ser una copia de algunas imágenes de El acorazado Potemkin (1925).
La principal intención de Un pilota ritorna era dar a conocer el público italiano, el los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, el sufrimiento de sus aviadores y su rendimiento en términos de patriotismo. Esta película está dramáticamente mejor construido que La nave bianca y es más espectacular formalmente.
L’uomo della croce, igual que los otros dos filmes de la trilogía fascista, se presenta como una obra claramente propagandística en la que los hechos históricos tienen una función secundaria. Su intención es la exaltación de los valores del sacrificio cristiano y del apostolado contra los peligros de la deshumanización comuniasta. También pretendía ser una apología al valor de lso hombres que luchaban en la guerra fuera de las fronteras italianas.
Teniendo en cuenta que Desiderio partía de una idea general de Giuseppe De Santis y que muchas imágenes están rodadas por Marcello Pagliero, resulta difícil contemplar el filme como obra de Rossellini. El director nunca la consideró como propia y siempre afirmó que su participación fue mínima. De todas formas, desiderio es una película clave para enteder la evolución de Rossellini.
Retablo documentalista en seis episodios del avance de los Aliados desde Sicilia hasta el norte y que es al mismo tiempo una reflexión sobre los aspectos más cotidianos de la guerra y sobre el sin sentido de la muerte
Crónica de la descomposición moral y de la miseria en un Berlín de inmediata posguerra arrasado por las bombas y asolado por el hambre, visto por una mirada compasiva y solidaria que intenta incluso salvar o al menos señalar la parte inocente del nazismo, simbolizada por la figura del niño.
Uno de los films más interesantes de Rossellini en su etapa de colaboración con Anna Magnani. Compuesto por dos fragmentos, "Una voz humana" e "Il Miracolo". Este segundo lo escribió Fellini: una campesina es seducida por un vagabundo y creerá haber concebido al Nuevo Mesías. En "Una voz humana" Ana Magnani interpreta un monólogo de Jean Cocteau.
La primera película de Ingrid Bergman con Roberto Rossellini fue esta hermosa epopeya en torno a la relación del hombre con la naturaleza. Es la historia de una mujer lituana que se casa con un humilde pescador de la isla de Stromboli para vivir en un mundo agobiante rodeada de una sociedad extraña, tema al que Roberto Rossellini da un tono neorrealista casi documental. La lucha cotidiana del hombre contra el mar por arrebatarle la pesca de cada día se transforma en una epopeya. Ingrid Bergman, deslumbrada por las películas de Rossellini, le escribió una carta ofreciéndose a trabajar a sus órdenes cuando él quisiera. El resultado fue esta magnífica obra neorrealista que significo además el inicio del romance de la actriz con el director que levantó muchas ampollas en la sociedad norteamericana de su época.
La cinta no es una biografía del Santo, sino once episodios entresacados de las Florecillas, en los que se manifiesta el espíritu de la reforma franciscana. En ella se ilustra un breve periodo de tiempo de la vida de la primera comunidad franciscana, desde el regreso de Francisco de Roma hasta la separación de los discípulos, enviados a predicar la palabra de Dios a todo el mundo. Sirven como introducción al relato algunos cuadros que reproducen frescos de los siglos XIII y XIV sobre la vida de Francisco.
En la Roma recién liberada de la ocupación alemana de 1945, Roberto Rossellini dirige una de las grandes películas de la historia del cine, con la que marca uno de los puntos culminantes de un estilo recién creado, el Neorrealismo, en las más duras condiciones imaginables: sin presupuesto, con un reducidísimo equipo técnico, y con los restos del material fílmico de los laboratorios fascistas. A pesar de todos los inconvenientes, Rossellini realiza una auténtica obra maestra sobre la supervivencia y la lucha por la libertad. Con narrativa típicamente hollywoodiense pero rodada con un estilo documental, Rossellini atrapa en los fotogramas de "Roma, ciudad abierta" la atmósfera y el estremecimiento de la lucha de la Resistencia, formada por gente corriente, contra el fascismo. La historia, en clave de melodrama, plantea la eterna lucha entre el bien y el mal, entre la clase trabajadora y a aquellos que venden sus almas por el dinero, el lujo o los falsos ideales.
Un rico matrimonio estadounidense, que lleva en Roma una vida despreocupada, ve cómo su hijo se suicida. La madre, traumatizada y sintiéndose culpable por no haber atentido más a su hijo desde la infancia, decide ayudar a la gente más necesitada en los barrios más humildes de la ciudad. Sin embargo su ayuda a un delincuente le pondrá bajo sospecha a ojos de la policía.
Un matrimonio inglés viaja a Italia para vender una villa que ha heredado cerca de Nápoles. Cuando sale de su entorno londinense y se encuentra en un paisaje ajeno, la pareja experimenta sentimientos olvidados, como los celos y el resentimiento. Te querré siempre es una historia llena de silencios, de monólogos interiores, de expectativas latentes pero nunca cumplidas, que funciona en el terreno de las sensaciones más que en el de las acciones.
El director Roberto Rossellini inicia su aproximación al cine histórico (que tendría su continuación años después con sus reconstrucciones del nuevo testamento) con esta brillante y honesta película en torno a las luchas de Garibaldi por la unidad e independencia de Italia. Esta película de Rossellini se crece como crónica sencilla de unos hechos simples y lejanos a la mitificación.
Durante la II Guerra Mundial, en el frente italiano, tres prisioneros de las fuerzas aliadas (un inglés, un americano y un ruso) se escapan de un campo de prisioneros de guerra.
En su huida, por la noche, en Roma, conocen a una bella joven, que les presta su cobertizo para que puedan permanecer allí lejos de las peligrosas calles, mientras piensan dónde irán.
Génova, 1943. En plena guerra, Giovanni Bertome (Vittorio de Sica) es un estafador que se dedica a extorsionar a las familias de los prisioneros. Vive a salto de mata hasta que es detenido por los nazis. Para no terminar en la cárcel acepta colaborar con las SS, quienes le ofrecen la oportunidad de salvarse asumiendo la personalidad de un jefe de la resistencia, para obtener así información. Para ello Giovanni es infiltrado en la cárcel de San Vittore y le hacen pasar por el general Del la Rovere, un alto mando afín a las tesis antifascistas de Badoglio. Allí conoce a muchos partisanos y lentamente va tomando conciencia hasta el punto de identificarse con el personaje que interpreta de una forma absoluta, puesto que incluso aceptará el fusilamiento antes que revelar todo cuanto sabe sobre los partisanos y la resistencia.
Roberto Rossellini evoca en esta película el alma de la India a través de cuatro episodios: el de un elefante, el de la construcción de la presa de Hirakud, el de un tigre y el de un mono y su maestro.
De este filme Godard dijo lo siguiente: India de Rossellini es bella como la creación del mundo.