Trataremos de recoger los datos que
reflejen de la mejor manera el contexto en el que se viven las
infecciones de trasmisión sexual y la evolución de estas al cabo de los
años. Para ello hemos accedido a varias fuentes de información,
mostraremos unas graficas provenientes del Instituto Carlos III, donde
se recogen datos del Centro Nacional de Epidemiología el cual tiene como
objetivo el conocimiento epidemiológico de los problemas y situaciones
del binomio salud-enfermedad con el fin de mejorar el nivel de salud de
la población mediante la vigilancia de la salud pública, estudio de la
conducta de las enfermedades (transmisibles y no transmisibles), la
cuantificación de su impacto y la monitorización de su evolución, así
como la investigación de factores que comprometen la salud, y la
formación de expertos en epidemiología y salud pública.
LLas infecciones de
Gonococo y Sífilis según este informe de control
epidemiológico, han cursado
una gran crecida desde 2001. La cifra de infectados de
Sífilis se ha ampliado de 700 en 2001 a 1.936 en 2007, esto es, la tasa
ha cambiado de 1′77 a 4′38 por 100.000 habitantes. La cifra ha aumentado
el doble en sólo seis años. En cuanto al Gonococo, los infectados
asimismo son el doble: los 805 casos de 2001 han alcanzado a ser 1.698
en 2007, y la tasa ha ascendido de 2′04 por 100.000 habitantes a 3′84.
Tal como señala la gráfica 2 y presenta el
referido informe, los resultados en la etapa de 1995 a 2007 demuestran
una transformación de
inclinación evidente de las infecciones de transmisión sexual
(ITS) expuestas a control epidemiológico con una
experimentación de crecimiento a
partir del año 2003. Resalta especialmente el
significativo aumento de los casos ocurridos de Sífilis, que desde el
inicio de 2004 supera las cifras del año 1995, de tal manera también a
los casos notificados de infección gonocócica”.
En cuanto al diagnóstico en la población de alguna
enfermedad de transmisión sexual el 5’4% que ha mantenido relaciones
señala que le han diagnosticado alguna a lo largo de su vida
(exceptuando micosis y hepatitis B). Entre las mujeres las más
habituales son las tricomonas (1’1%), clamidias (1%) y herpes genital
(0’8%), mientras que en los hombres se acentuan la pediculosis o
ladillas (2’6%) y la infección gonocócica (1’2%).
En la gráfica 3 mostramos un porcentaje de
personas a las que se ha diagnosticado alguna vez una enfermedad de
transmisión sexual:
E Es
casi universal el saber de la eficacia del uso del preservativo
masculino, la medida de prevención más conocida y primordial para la
transmisión sexual. Un 96’7% de la gente piensa que así lo es. Con
respecto al preservativo femenino, su eficacia y seguridad es
desconocida para el 45%
En relación a otra medidas
el 60% considera que “elegir bien a la pareja” o “hacerse la prueba con
frecuencia” previene del sida, y un 20% parece fiarse de los
espermicidas o el lavado post-coital como medidas preventivas, a pesar
de que estas dos últimas incluso pueden incrementar el riesgo. Todo esto
viene mostrado en la gráfica 5, donde vemos esos porcentajes de
población que considera esas medidas eficaces.
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