LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE DARWIN

La mayor aportación a la ciencia realizada por Charles R. Darwin se encuentra recogida en su obra El origen de las especiesen ella, el científico inglés expone los conceptos de “selección natural”, la “pangénesis” y la “distribución geográfica” mediante los cuales explica su teoría de la evolución. Tal y como el propio autor afirmó, se trata de un obra que en la que se representa la larga demostración de la evolución de las especies. Darwin no fue el primero en teorizar sobre la evolución (véase OTRAS TEORÍAS), pero si fue el primero en realizar una exposición de sus teorías tan clara e irrefutable, aprovechando las coyunturas histórico-sociales favorables para la aceptación de teorías semejantes.

Centraremos nuestro análisis en El origen de las especies, siendo conscientes de que la obra se complementa con otras obras posteriores de Darwin. El ensayo se compone de 15 capítulos entre los que destacaremos tan sólo algunos –los que hemos considerado más relevantes-, mediante los que explicaremos la importancia de la teoría darwiniana, así como sus vacíos y errores.



EL ORIGEN DE LAS ESPEICES

Introducción

En la introducción, Darwin cuenta como su viaje alrededor del mundo con el bergantín Beagle fue el motor de la construcción de la Teoría de la Evolución. A través de los fenómenos observados en los diferentes continentes que recorrió, Darwin pudo estudiar las relaciones geográficas y paleontológicas sobre la distribución de la fauna y flora en las diversas regiones. Gracias a estas observaciones Darwin llegó a la conclusión de que las especies no habían sido creadas de forma independiente, sino que descendías de otras especies que habían cambiado o evolucionado.

Ya desde la introducción, Darwin destaca la importancia de la lucha por la supervivencia existente entre todos los seres vivos. Vemos así como Darwin acepta y reproduce parte de la doctrina de Malthus referida al crecimiento en tasas mayores a las soportables de los organismos que conducen a la lucha de especies. El resultado de esa lucha es la desaparición del más débil y la permanencia del más fuerte.

A lo largo de la introducción un hecho queda claro: Darwin ha dejado de creer en la fijeza e inmutabilidad de las especies y va a demostrar que ambos conceptos son erróneos a lo largo de su obra.

La variación en el estado doméstico

Con “variación en el estado doméstico”, Charles Darwin hace referencia a la “selección artificial” de los animales y plantas domésticas, es decir, a la selección realizada por los seres humanos sobre estos organismos –selección que suele distan bastante de la que se da de forma natural en estado salvaje-. Darwin advierte de que la selección y modificación llevada a cabo por los seres humanos presenta una variación mayor que la que se lleva a cabo de forma “natural” en estado salvaje. Evidentemente, también advierte de los cambios negativos de la “selección artificial” que pueden acarrear deformidades en plantas y animales. No obstante, para Darwin, de todo el sin fin de variedades simples y complejas que se podían llevar a cabo, señala que sólo son importantes aquellas variaciones que se hereden, que se transmiten a generaciones nuevas.

Es en el campo de los mecanismos de herencia de las variaciones donde Darwin reconoce el primer vació de su teoría. No sería hasta la que Darwin postuló sus leyes de la genética (1865) que quedaría solucionado este lapsus (véase OTRAS TEORÍAS).

Otro punto importante de su teoría era la afirmación de la no-reversión de los rasgos adquiridos. Darwin comprobó que las variaciones producidas mediante “selección artificial”, al devolver al ser a su medio salvaje natural no desaparecían paulatinamente, sino que permanecían. La imposibilidad de corroborar de forma contundente esta afirmación mediante estudios debido, en la mayoría de las ocasiones, a que las plantas –por ejemplo- que habían sido “seleccionadas artificialmente” no conseguían sobrevivir en estado salvaje por mucho tiempo.

Los estudios realizados para corroborar su teoría sobre la “selección artificial” los llevó a cabo mediante el estudio de palomas domésticas. Según los resultados de su investigación, todas las variedades de palomas domésticas descendían de una determinada clase de paloma silvestre. La explicación de la existencia de tantas variedades de clases de palomas se debía a la acumulación de resultados “seleccionados” por el hombre.

La variación en la naturaleza

Darwin comienza explicando en éste capítulo la no diferenciación entre especie y variedad. Así elimina el problema de las especies dudosas que no se sabe a ciencia cierta si son variedades de una especie o especies propiamente dichas. Para Darwin hablar de variedad era hablar de los pasos previos a la creación de una nueva especie. Desechaba, además, el término especie por considerar que sólo hacía referencia a ciertas variedades bien diferenciadas de otras. Wallace, al respecto, propone una clasificación en cuatro grupos: formas variables, formas locales, razas geográficas o subespecies y especies verdaderamente representativas. Darwin zanjó el problema argumentando que, siempre que en una especie no se encontraran criterios verdaderamente significativos para distinguir las variedades marcadas, no se encontraran los “eslabones intermedios”, debía de determinarse si se trataba de una variedad o especie de forma cuantitativa. Así, las variedades no pueden distinguirse de las especies si no existen “eslabones intermedios”

Darwin corroboró que en los grandes –donde se encontraba el mayor número de especies- se encontraban las especies dominantes que ocupaban grandes regiones y eran muy numerosas. Los grandes géneros tendían, además, a ser cada vez más grandes; mientras que las especies dominantes tendían, a su vez, a ser más dominantes.

La lucha por la existencia

La “lucha por la existencia” es introducido por Darwin para explicar como las variaciones –pequeñas o grandes- que se llevasen a cabo durante la evolución permanecerían y se heredarían por las generaciones venideras, siempre y cuando fuesen útiles para la especie. Finalmente, Darwin denomino al principio de conservación de toda variación útil “selección natural” (término opuesto a “selección artificial”).

La concepción de la “lucha por la supervivencia” la utiliza Darwin en sentido amplio, es decir, hace referencia tanto a la permanencia directa de la especial como a su facultad de poder dejar descendencia. Además, Darwin consideraba la “lucha por la existencia” como el resultado directo del aumento de la población por encima de las tasas que se podían sostener en una región determinada (lucha individual y también de especie). Ésta lucha se llevaba a cabo, tal y como apuntó Darwin, en todas las especies.

La selección natural

En el capítulo dedicado a la selección natural, Darwin expone sus principales tesis sobre la evolución de les especies. Lo primero que hace Darwin es explicar como el papel del hombre en las variaciones domésticas es semejante al papel de la naturaleza y que, en última instancia, las variaciones domésticas no son controlables plenamente por el hombre, éste sólo tiene la capacidad de mantenerlas. Esto le dio pie a incidir en las diferencias existentes entre la “selección natural” y la “selección artificial”.


Imagen que muestra los cambios evolutivos en las girafas.

Otro de los puntos importantes de éste capítulo es la especial atención de Darwin a la “selección sexual”, afirmando que tanto en estado salvaje como en estado doméstico, se encontraban características en un determinado sexo que se transmitían mediante herencia a ese sexo. Este tipo de “selección” no dependía de la “lucha por la supervivencia” entre organismo, sino que dependía de la lucha existente entre individuos de un mismo sexo. De ésta forma, la “selección sexual” era más benévola que la “selección natural”. Por ejemplo, Darwin evidenció que los machos más vigorosos estaban mejor preparados para dejar descendencia. No obstante, en muchas ocasiones la lucha por la supervivencia y la selección sexual se entrecruzaban y no siempre ganaban “los más aptos para sobrevivir”.


Imagen de la evolución del cerdo, al toro y al hombre.

Darwin prosigue la exposición de sus teorías insistiendo en la importancia que ejerce el cruce entre individuos en el mecanismo de “selección natural”. Según sus conclusiones, el cruzamiento de variedades daba más vigor y fecundidad a la descendencia; mientras que no ocurría lo mismo en relaciones endogámicas.

El tiempo y el espacio fueron considerados como factores secundarios pero importantes según Darwin para poder comprender las variaciones llevadas a cabo por las diferentes especies. Que los cambios se produjesen mediante periodos de tiempo muy dilatados no les restaba importancia. El aislamiento, por su parte, jugaba un papel importante en la evolución de les especies por medio de la “selección natural”, ya que disminuía la posibilidad de cruce entre especies y con ello la evolución de las mismas (que seguía llevándose a cabo pero de forma todavía más lenta).

Darwin elaboró un diagrama evolutivo en el que plasmó las diferentes especies de un gran género y como estas iban evolucionando mediante cruces entre ellas, debido a la descendencia variable que se creaba entre ellas (ramificación del diagrama cada vez mayor).

Un concepto que Darwin introduce en el diagrama es el concepto de “extinción”. La extinción, según el científico inglés se debe a la tendencia constante mediante la que los descendientes mejorados de cualquier especie exterminan y suplantar a los menos preparados (variante del concepto de “lucha por la supervivencia”)

Darwin finaliza su exposición argumentando que la diversificación de especies se llevó a cabo desde una estructura orgánica muy simple (un diagrama con pocas ramificaciones iniciales) y que mediante los procesos de “selección natural” y “lucha por la existencia” la estructura había ido aumentando su grado de complejidad hasta llegar a la situación actual.



Objeciones a la teoría darwiniana

A pesar de los intentos de Charles Darwin por construir una teoría completa y sin vacíos, la Teoría de la Evolución tiene algunos puntos débiles que le supusieron, en su momento, las mayores críticas. Entre ellos, nos gustaría destacar los siguientes:

-Herencia.

Uno de los puntos débiles de la teoría darwiniana era el referido a la herencia que el propio Darwin intentó mermar mediante la introducción de la teoría de la “pangénesis”. A través de ésta teoría, Darwin sugirió que en los procesos evolutivos, además de la “selección natural” y la “lucha por la existencia” actuaban otros factores subordinados. Estos factores cumplían un rol determinado, estos factores juegan un papel más antidarwinista que pro-evolutivo.


-Evolución del hombre.

Si bien Darwin trató este tema en profundidad en otras obras, en El origen de las especies lo trata de forma tangencial y fue el punto clave que provocó el aluvión de críticas por parte de los científicos más conservadores de la época hacia sus teorías. Estos científicos junto a las instituciones Eclesiásticas no podían concebir como el hombre podía descender del mono. Memorable fue el debate entre W. Wilberfoce –pro-creacionista- y el darwinista T. H. Huxley, en el que el arzobispo Wilberfoce preguntó sarcásticamente a Huxley si el parentesco del hombre con el mono era por parte paterna o materna (véase REPERCUSIÓN/ÉTICA)


Imagen en la que se muestra la evolución de las manos de los seres humanos