Poco a poco, todo se fue oscureciendo en aquel mar de ensueño...

El mar comenzó a embravecerse y las olas, furiosas, empujaban al Rosanegra y lo inundaban de agua; el viento, antes apacible, se tornaba violento y ponía en peligro la estabilidad del velero; la luz del Sol se fue cubriendo por la más absoluta de las tinieblas. Era la tormenta más grande que los piratas habían podido ver nunca, y estaban realmente asustados. Sólo tenían dos opciones:

 Huir de la tormenta

 Enfrentarse a la tormenta

 

¿Qué era lo mejor?

 

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