Antes de comenzar nuestro análisis,
cuyo denominador común es el concepto de aislamiento que se presenta
en diferentes obras ligadas a Robinson Crusoe, consideramos oportuno presentar
un breve acercamiento -de acuerdo a nuestros intereses investigativos-
de lo que teóricos y estudiosos entienden por literatura comparada.
En primer lugar, podemos deducir
que para trabajar en esta área es necesaria una vasta competencia
en el ámbito cultural, debido a la amplitud de la literatura universal.
Con relación a lo mismo, Claudio Guillén menciona que es
imposible la irreductibilidad de la literatura a ciertos parámetros
delimitados por la tradición y las costumbres, olvidando su carácter
global al realizar cualquier ejercicio de análisis comparativo.
“Marius-Francois Guyard describe
el ‘equipamiento del comparatista’ como la suma de un marcado sentido histórico
general y literario, una amplia información sobre las literaturas
de varios países, la capacidad para leer diferentes lenguas y un
conocimiento puntual de las fuentes bibliográficas, tanto particulares
de cada literatura como propiamente comparatista (...)
Y Claude Pichois y André-M.
Rousseau completan tan exigente cuadro de este modo: ‘un bilingüismo
congénito, estudios en el extranjero, una familia cosmopolita, suponen
otros tantos triunfos.’” (Villanueva, 1994: 109).
Entendemos de esta última
cita que las personas más idóneas para investigar y aportar
en el área de la literatura comparada son los políglotas,
viajeros, trotamundos y minuciosos investigadores. Esto se acerca también
a una cuestión social, de educación y de situación
económica, dependiendo de filántropos o familias acomodadas.
Sin embargo, en la actualidad, existe tal cantidad de información
que este perfil del comparatista ideal está lejos de ser cumplido,
pasando a primer plano no sólo los conocimientos del individuo en
sí, sino su capacidad de asociarse con sus pares de otras áreas
del conocimiento humano compartiendo y ampliando su competencia cultural.
(Vázquez Medel, 1998).
Una de las formas más claras
de aplicar la literatura comparada es a través de la teoría
de la literatura, confrontando los textos para percibir en su estilo, composición
y otros aspectos discursivos, semejanzas y divergencias significativas.
Pero, efectivamente -y en virtud
de nuestros intereses para desarrollar este trabajo- ¿Qué
sucede al relacionar en la práctica dos obras de diferentes literaturas?
Es aquí donde se les “añade una dimensión extraliteraria,
fundada en el proceso histórico en el que se insertan los miembros
de la comparación.” (Villanueva, 1994: 121). Esto permite avanzar
al ampliar el espectro a diferentes ámbitos que, según el
texto a comparar, pueden variar.
“Es el empleo controlado de la diferencia más fundamental con la no tan gran similitud lo que ilumina lo que está puesto a prueba y permite la comparación.” (Earl Miner, 1993: 198).
Las comparaciones literarias pueden tener un carácter intercultural. Partiendo de esta base y tratando de ir un poco más allá, nuestro trabajo intentará, no sólo permanecer en el ámbito escritural, sino incorporar diferentes disciplinas de la cultura como el documental y las historias de vida.
“...incorporar en nuestro campo escópico (...) creaciones literarias ajenas a nuestro marco occidental, desde una actitud no etnocéntrica, y abrir nuestra actividad a la comparación de los procesos de comunicación literaria con otras realidades artísticas no verbales y con otros procesos comunicacionales.” (Vázquez Medel, 1998: 16).
“Un poema, una obra de teatro, una novela nunca puede separarse por completo de las ilustraciones u otras obras de arte a las que inspira, de su traspaso a la música, de las películas, versiones radiofónicas y adaptaciones televisivas que se basan en ella. Roman Jakobson llamó a este movimiento de un texto a través de otros medios ‘transmutaciones’.” (George Steiner, 1994: 15).
Steiner considera que estas transmutaciones son fundamentales para las disciplinas de interpretación y valoración en la literatura comparada. En definitiva, el legado de la literatura comparada es corroborar las conclusiones que la teoría, historia y crítica literarias proporcionan.
“La teoría literaria se consolida cuando sus propuestas de invariantes o leyes generales se objetivan en literaturas de varias lenguas y de diferentes culturas o tradiciones. La historia literaria de un determinado país, de una determinada nación o de una determinada lengua, cobra su auténtico perfil de resonancia cuando la ponemos en relación con otras literaturas de lenguas distintas, y lo mismo ocurre con la crítica literaria, que no puede afinar sus instrumentos de análisis si no cuenta el crítico con un panorama de amplitud que sólo la literatura comparada le puede servir.” (Villanueva, 1994: 124).
Finalmente, podemos deducir de lo mencionado en este apartado que la conjugación de las tres ramas de la ciencia literaria, referidas por Darío Villanueva, hacen de la literatura comparada un instrumento idóneo para realizar trabajos cuyo fin sea entrecruzar elementos de carácter interdisciplinario. Como bien dice Earl Miner “Las comparaciones son más provocadoras cuando hay verdaderas diferencias en ellas...” (Miner, 1993: 197).
Luego de delimitar los principios
teóricos de la literatura comparada que se mostraron como los más
pertinentes para el desarrollo de este trabajo, hemos decidido plasmar
nuestro ejercicio comparativo a través del siguiente esquema, que,
a posteriori, será descrito de acuerdo a las bases metodológicas
expuestas anteriormente.
OBRA
NARRADOR/
FOCALIZADOR
NARRADOR
(G. Génette)
FICCIONAL/
FACTUAL
HISTORIA DE
VIDA
NP/NE
FP/FE
Extra-heterodiegético/
Auto-intradiegético
Relato
histórico/
autobiográfico
DOCUMENTAL
L’ÎLE DE
ROBINSON
CRUSOE
NP/NE
FP/FE
Auto-intradiegético
Relato
histórico/
autobiográfico
NOVELA
ROBINSON
CRUSOE
NP
FP
Auto-intradiegético
Ficción
homodiegética
En este esquema se reflejan las relaciones
entre las obras a analizar a través de los diferentes tipos de narradores
y su estado de relato ficcional o factual.
Por ejemplo, en la historia de vida
se presentan dos tipos de narradores perfectamente definidos: el primero
es un narrador externo (NE) que cuenta, lo más objetivamente posible,
parte de la historia de vida del personaje (de la vida real) Pinto, que
es citado por este narrador para aclarar y profundizar ciertos detalles
de interés en el desarrollo del relato. El focalizador tiene un
comportamiento similar por lo que coincide con el narrador, dando por resultado
una narración extra-heterodiegética, por un lado, y auto-intradiegética,
por el otro.
En el caso del documental de Patricio
Guzmán, la situación es relativamente similar al relato anterior
con la diferencia que el mismo personaje que funciona, a veces, como NE,
en algunas ocasiones se identifica con el personaje y se transforma, no
sólo en un simple narrador personaje (NP), sino que en el personaje
principal (auto-intradiegético), identificándose también
con las dos instancias de focalizador externo y personaje, respectivamente.
En la historia de vida, el NP está
presente siempre bajo la disposición del NE, en cambio en el documental
el NE en tanto que NP se limita a darnos una descripción de los
otros sin presentar explícitamente su propia imagen, salvo en algunas
ocasiones donde evidencia su presencia física como narrador. Una
de éstas es cuando deposita su pie sobre la arena emulando la
huella dejada por los salvajes y le da frío (22’.18”), la otra es
cuando graba su propia sombra camino a la plazoleta del Yunque (30’.06”).
En tercer lugar, la novela Robinson
Crusoe de Daniel Defoe presenta únicamente un NP y un focalizador
personaje (FP) y, por lo tanto, es auto-intradiegético, siendo ésta
una de las principales características de la novela de ficción.
Por esto se puede deducir que, aunque
en una primera instancia los narradores y focalizadores de las tres obras
tienen muchos rasgos en común, después de una investigación
más acabada, son esencialmente distintos.
Como dijimos con anterioridad, la
novela de Robinson Crusoe se identifica, esencialmente gracias a su narrador,
con el relato de ficción definido por Gérard Genette como
ficción homodiegética, mientras que en el caso del documental
este se podría acercar más a la definición que el
teórico francés da de autobiografía, a pesar de que,
en ocasiones, también se identifica con el relato histórico
y, en consecuencia, con el relato factual. Por otro lado, la historia de
vida se identifica también con el relato factual de la autobiografía
y el relato histórico, ya que es la biografía de un personaje
descrita por un NE que se identifica con el autor; como también
existen segmentos de ésta en la que autor, narrador y personaje
son la misma persona, independiente
del proceso de selección
que realice el autor de la obra. Ahora bien, dicha semejanza entre el documental
y la historia de vida es tal, siempre mirándola desde un punto de
vista superficial, ya que en el caso de ésta última el focalizador
que podría identificarse con autor y narrador es aún menos
subjetivo que en el documental de Guzmán.
Al definir en el comienzo de este
trabajo cómo íbamos a abordar nuestro análisis comparativo
se acordó que para desarrollarlo era fundamental enmarcar los elementos
(narrador, realidad y ficción) investigativos en un tiempo y en
un espacio. Para esto nos hemos basado, como ya mencionamos anteriormente,
en la teoría del cronotopo planteada por el investigador ruso Mijail
Bajtin. De esta manera, llegamos a la conclusión que existe una
unidad novelesca de tiempo y espacio común a todas las obras que
estamos analizando. Esto es lo que Bajtin denomina cronotopo biográfico
(Bajtin, 1989). A través de éste vamos a observar cómo
se comporta el concepto de aislamiento en cada una de las obras comparadas
en este trabajo. Siguiendo la teoría de Bajtin, definiremos el cronotopo
externo como el aislamiento o la insularidad y el cronotopo interno lo
dividiremos en tres categorías paradigmáticas que son: soledad,
supervivencia y movimiento (imposibilidad de llegar o partir). Para relacionar
el cronotopo interno con el externo en forma más explícita
hemos considerado pertinente plantear algunos ejemplos que resultan clarificadores
para el análisis comparativo de estas tres obras.
Después de estudiar dichas
categorías, que representan al cronotopo interno, por separado en
cada obra, nos hemos percatado que cada una de ellas tiene diferentes formas
de tratar la conjunción tiempo-espacio. Por ejemplo, en el caso
específico de la historia de vida se presenta el cronotopo interno:
categoría soledad a través, entre otros, de los siguientes
textos:
“En una zona aislada todos se conocen y saludan a diario, en la otra son todos desconocidos. Aislados son las personas que dependen más de la naturaleza, tienen mayor integración entre ellos y son menos consumistas, pero las personas no aisladas dependen de la tecnología, son más aislados socialmente y son más consumistas.” (historia de vida, 2000: 2).
“(...) Mi relación con los isleños es muy buena, hasta el momento en que se meten en mis cosas, que es lo más normal en un pueblo chico ¡Que lata! ‘Pueblo chico, infierno grande’. A pesar de todo esto hay una buena relación, ya que todos somos una gran familia.” (historia de vida, 2000: 4 – 5).
“El aislamiento en Juan Fernández hace bastante tiempo no existe, al contar con comunicación permanente con el resto del país. Estar aislado es estar solo y retraído como Robinson Crusoe o Alejandro Selkirk, pero en la isla yo estoy bastante acompañado y con bastante contacto con el continente.” (historia de vida, 2000: 5).
De los textos seleccionados se puede
concluir que el concepto de soledad de nuestro personaje no es el que nosotros
nos habíamos imaginado en un principio. Al contrario, y como lo
pueden corroborar los párrafos anteriores, Pinto no se siente ni
sólo, ni aislado, a pesar de vivir en el Archipiélago de
Juan Fernández. Por su parte, el protagonista de la novela de Defoe
sí se siente aislado, debido a que está absolutamente solo,
como lo evidencia el isleño, en la última cita rescatada.
Sin embargo, existen lapsos en la novela en que Robinson Crusoe se contenta
a sí mismo con la reflexión espiritual, asumiendo la falta
de
compañía humana, como
se podrá observar en los siguientes fragmentos:
“O that there had been but one or two; nay, or but one Soul sav’d out of this Ship, to have escap’d to me, that I might but have had one Companion, one Fellow-Creature to have spoken to me, and to have convers’d with!” (Defoe, 1981: 181).[5]
“EVIL
I am cast upon a horrible desolate
Island, void of all Hope of Recovery.
I am singl’d out and separated,
as it were, from all the World to be miserable.
I am divided from Mankind, a Solitaire,
one banish’d from human Society.” (Defoe, 1981: 77).[6]
“This made my Life better than sociable, for when I began to regret the want of Conversation, I would ask my self whether thus conversing mutually with my own Thoughts, and, as I hope I may say, with even God himself by Ejaculations, was not better than the utmost Enjoyment of human Society in the World.” (Defoe, 1981: 137).[7]
Antes de continuar con los fragmentos
escogidos para presentar el documental, consideramos crucial indicar que,
al visionar varias veces este trabajo audiovisual, hemos encontrado
que la categoría del cronotopo interno soledad se ve reflejada con
mayor pureza en las secuencias en que Guzmán únicamente
utiliza imágenes y música, siguiendo un patrón definido
para este tipo de composiciones. Fórmula sencilla que solamente
reúne, en una o más secuencias, imágenes de la Isla
Robinson Crusoe con música, compuesta especialmente por Jorge Arriagada
para la ocasión, y que el realizador aplica para acentuar
momentos que considera de interés en la organización del
relato audiovisual.
Para fundamentar lo antes expuesto,
hemos decidido adoptar el término acuñado por el compositor,
realizador e investigador, Michel Chion, quien en su obra La Audiovisión,
explica detalladamente las relaciones entre sonido e imagen.
Chion es claro al introducir el
tema de la audiovisión, consignando que la idea “es mostrar como
en la combinación audiovisual una percepción influye en la
otra y la transforma: no se ve lo mismo cuando se oye; no se oye lo mismo
cuando se ve” .(Chion, 1993: 11). Este incremento significativo que adoptan
las imágenes al conjugarse con el sonido es lo que el autor denomina
valor añadido.
“Por valor añadido designamos el valor expresivo e informativo con el que el sonido enriquece una imagen dada, hasta hacer creer, en la impresión inmediata que de ella se tiene o el recuerdo que de ella se conserva, que esta información o esta expresión se desprende de modo natural de lo que se ve, y está ya contenida en la sola imagen.” (Chion, 1993: 16).
Para cumplir con este propósito,
el valor añadido debe respetar siete características que
le son propias; condiciones que le exige el medio en el que se desenvuelve.
De acuerdo a nuestros intereses y en virtud del documental con el cual
estamos trabajando, proponemos resaltar sólo dos:
- La Reciprocidad. “Si el sonido
hace ver la imagen de modo diferente a lo que ésta muestra sin él,
la imagen, por su parte, hace oír el sonido de modo distinto a como
éste resonaría en la oscuridad.” (Chion, 1993: 31). En este
funcionamiento es el conjunto, visual y auditivo, lo que transforma a un
sonido o una imagen, sin sentido aparente, en un trozo de gran significación,
en la obra, e inolvidable en la memoria colectiva.
- La Música. Hasta
la fecha los medios de comunicación han sabido sacar provecho del
valor añadido que entrega la música. Las herramientas aplicadas
para crear emociones específicas en relación con la situación
mostrada surgen de los efectos empático y anempático. En
el primero de éstos “la música expresa directamente
su participación en la emoción de una escena determinada,
adaptando el ritmo, al tono y al fraseo, y eso, evidentemente, en función
de códigos culturales de la tristeza, la alegría, de la emoción
y del movimiento. Por otra parte, el efecto anempático muestra una
indiferencia marcada ante la situación, progresando de manera regular
e ineluctable, como un texto escrito. Y sobre el fondo mismo de esta
‘indiferencia’ se desarrolla la
escena, lo que tiene por efecto, no la congelación de la emoción,
sino, por el contrario, su intensificación, su inscripción
en un fondo cósmico”. (Chion, 1993: 19).
Como podemos apreciar imagen y sonido
van tan unidos como tiempo y espacio y, en ocasiones como ésta,
el sonido no necesita ser vocalizado, o verbalizado, para expresar el mensaje
que el realizador desea entregar, llegando incluso, en ciertas oportunidades,
a tener más fuerza que sólo con texto o con texto y música.
Como es el caso de las siguientes conjunciones de imagen y sonido del documental
L’Île de Robinson de Patricio Guzmán, cuyo efecto empático
ha sido fundamental para percibir la soledad en su montaje :
12’00” – Fundido a plano general
Isla Robinson Crusoe (desde el mar).
26’56” - 27’10” – Plano general
cerro Centinela, Bahia Cumberland.
40’45” – Plano general Mirador de
Selkirk. Vista a Isla Santa Clara.
En estas tres secuencias o imágenes
se puede observar la importancia que el realizador le otorga a la música
como elemento de continuidad y, al mismo tiempo, como un descanso para
el telespectador que, en esos momentos, percibe sentimientos muy particulares
y característicos que lo hacen palpar un poco más la realidad
isleña, y que son muy difíciles de asimilar si no ha estado
en un lugar como éste. Es más, nos aventuramos a indicar
que su primera lectura podría ser -esto es ya más subjetivo-
la propia sensación de soledad.
Si comparamos estas secuencias con
los textos seleccionados en la historia de vida y en la novela podemos
entender que todas las imágenes de esta primera categoría
son diferentes. En el caso del documental se observan como tristes, melancólicas
y con cierto grado de solemnidad que también se encuentra en la
novela y de la que sin embargo adolece la historia de vida. También
al analizar estas tres visiones de soledad el lector-espectador recibe
tres puntos de vista distintos, asumimos que todos ellos
dependen del focalizador personaje
de cada obra, quien es el que imprime un cierto grado de subjetividad a
lo percibido por el emisor y emitido por el narrador.
La segunda categoría del
cronotopo interno a analizar es la supervivencia. En relación a
ésta, encontramos como denominador común en las tres
obras que: cada uno de los protagonistas da vital importancia a la necesidad
de abastecerse o autoabastecerse de los avíos imprescindibles para
su subsistencia. Robinson tuvo que ingeniárselas para alimentarse
de los productos que le ofrecía su abandonada isla. Pinto utiliza
las dos vías, el autoabastecimiento y la importación de productos
desde el continente y Patricio Guzmán, en calidad de NE-FE, nos
describe, a través de diferentes narradores personajes, la importancia
del comercio local y de las alternativas de manutención.
En el caso de la historia de vida
Pinto es claro al referirse al sistema de abastecimiento de la isla:
“El terreno que tenemos nos da la felicidad del gozar de cosechar lo que se ha plantado: plantaciones de tomate, lechuga, repollo, cilantro. En algunos casos, hay familias que construyen un invernadero pequeño que se riega en forma particular. Sólo en algunas casas tienen huertos o invernaderos. Todo lo que se cosecha es fresco, pero no es muy permanente. En el caso de la verdura es sólo por temporadas. Los alimentos que no nos entrega la isla se solicitan con lista al continente. Llegan por la motonave ‘Navarino’ desde Valparaíso.” (historia de vida, 2000: 3).
“La gente se abastece mayoritariamente en los pequeños negocios existentes en la isla y, en menor cantidad, directamente desde Valparaíso. Toda la mercadería y aprovisionamiento llega vía marítima, aproximadamente una vez por mes. ‘Navarino’ es una motonave subvencionada por el Estado y es la encargada de abastecernos. También las cosas pueden llegar en barco de la Armada -cuando vienen- aproximadamente cada dos meses, pero son super problemáticos. (...) Cuando se necesitan cosas urgentes como remedios se envían en avión.” (historia de vida: 4).
Pinto es minucioso al describir una
de las actividades más trascendentales en Robinson Crusoe, como
es procurarse el sustento que permite alimentar a las familias isleñas.
Por su parte, Defoe en la novela describe detalladamente, y a lo largo
de toda ésta, los pasos que sigue su protagonista para cazar y cosechar
y se plantea, en el momento en que la familia robinsoneana crece (Viernes),
aumentar sus fuentes alimenticias.
Un tema que Defoe resalta es la
conciencia que Robinson mantiene para con el consumo de los pocos enseres
que rescató de su buque al naufragar y de otra nave que encalló
durante su permanencia en esta isla desierta.
“... when I carried the Old one with me upon my Shoulders, the Kid follow’d me quite to my Enclosure, (...) and took the kid in my Arms (...) in hopes to have bred it up tame, but it would not eat, so I was forc’d to kill it and eat it my self; these two supply’d me with Flesh a great while, for I eat sparingly; and sav’d my Provisions( my Bread especially) as much as possibly I could.” (Defoe, 1981: 73).[8]
“I begun now to consider, that having two Mouths to feed, instead of one, I must provide more Ground for my Harvest (...) so I mark’d out a larger Piece of Land, and began the Fence in the same Manner as before, in which Friday not only work’d very willingly (...) to make more Bread, because he was now with me, and that I might have enough for him, and my self too.” (Defoe, 1981: 202).[9]
“It was now Harvest, and our Crop in good Order; it was not the most plentiful Encrease I had seen in the Island, but however it was enough to answer our End; for from our 22 Bushels of Barley, we brought in and thrashed out above 220 Bushels; and the like in Proportion of the Rice, which was Store enough for our Food to the next Harvest.” (Defoe, 1981: 231).[10]
Se puede observar a través
del relato del NP la similitud en la obtención de los insumos alimenticios
entre la actualidad de la Isla Robinson Crusoe y la realidad ficcional
de la novela homónima, en la que el NP debe autoabastecerse a través
de los productos de la tierra que él mismo se proporciona y, a diferencia
de nuestro NP Pinto, la única forma que tiene de obtener provisiones
desde fuera, o sea ya manufacturadas, es escudriñando en los naufragios
que encallan en la isla.
Lo mismo sucede al visionar el documental,
en el cual los NP nos cuentan sus experiencias en torno al aprovisionamiento
isleño; claro que haciendo hincapié en la importancia que
tiene la mercancía que viene del continente y, en algunas ocasiones,
en la manufactura de los productos que no se pueden traer desde Valparaíso.
Al igual que Robinson, algunos habitantes de Juan Fernández también
hacen pan:
ALTURA | TEXTO | IMAGEN |
32’.02” | “Todos los días
haciendo el pan para la gente, el turista; y la gente ya como que se acostumbró
con el pan acá en la isla, entonces, y le gusta el pan porque igual
no es igual que el pan del continente, así que no tiene tanta malicia
como le ponen allá.
Aquí siempre queda como medio natural.” |
Entrevista a mujer haciendo pan. |
24’.23” | VOZ EN OFF: “La vida es difícil, los alimentos son más caros que en el continente, a veces muchos productos desaparecen durante meses.” | Almacén isleño. |
26’.04” | “Todo lo que es como cotidiano en el continente acá es como un lujo. Es increíble y aprendí a valorar cosas como, como les decía hoy día, el pan batido, ponte tú, es un lujo, una lechuga. Ahora tengo un jardín grande y ya tengo listas las semillas pa’ hacer almácigos de lechuga.” | Entrevista dueña casa. |
Como ya hemos observado anteriormente
el sistema de abastecimiento es uno de los temas recurrentes en las tres
obras, y además, aunque se trata de formas diferentes, los
resultados son bastante similares: todos necesitan autoabastecimiento,
y al mismo tiempo, todos, en mayor o menor grado, incluso Robinson, necesitan
de implementos traídos desde fuera de la isla para subsistir. La
diferencia se presenta en el modo de narrar y focalizar de los diferentes
personajes, en el caso de la novela y la historia de vida la situación
se nos presenta a través de un NP-FP; en cambio, en el caso del
documental, en ocasiones, el NE da paso a los diferentes NP para que ellos
narren su propia historia y desde su punto de vista, pasando éstos
a ser focalizadores de su propia narración.
Basada en el cronotopo externo del
aislamiento, nuestra tercera y última categoría del cronotopo
interno es el movimiento: entendido como la imposibilidad de un habitante
o visitante de una zona aislada de entrar y salir de ella y, al mismo tiempo,
el poder de atracción y dependencia que ejerce este tipo de lugar
sobre las personas que lo habitan, o lo han habitado alguna vez. La historia
de vida se refiere a este tema de la siguiente manera:
“En su viaje al continente aprendió a pagar el autobús, conoció lo que era el pavimento, el funcionamiento de los semáforos, el ruido y la frialdad de lo urbano, los grandes edificios, etc. y entendió, en la práctica, lo que es ser parte de una pequeña comunidad. Así es como nos vamos percatando que la concepción de aislamiento de Pinto no es sólo en relación al lugar físico que se habita, sino que pasa por un comportamiento social. Por ejemplo, le cuesta entender que en una zona convencionalmente definida como ‘no aislada’ la gente no sea capaz de saludarse por la calle.” (historia de vida, 2000:2).
“Si tuviera que cambiar de lugar tendría que ser un lugar parecido con mar, tierra, aire y fuego, como éste. He viajado por los principales lugares de Chile y no he encontrado otro rincón como esta isla que es un edén que sin ser Adán estoy gozando de paz, tranquilidad, más amor. Considero que éste es el mejor lugar en el que se puede vivir. Si se busca la tranquilidad y si, sobre todo, se desea escapar del ruido y la contaminación de la ciudad.” (historia de vida, 2000: 3).
En estas citas nos encontramos con la narración referida, tanto por un NE como por el NP y nos expresan la necesidad que tiene Pinto, como representante de un sector importante de la comunidad isleña, de mantenerse en contacto o permanecer dentro de su isla. Con relación a esto la novela de Defoe coincide en varios aspectos con la historia de vida, como son el enorme deseo del NP de escapar de su solitaria suerte y, al mismo tiempo, la añoranza de ese lugar que lo hizo vivir tantos momentos de tranquilidad y felicidad.
“This was a chearful Work, being the first Measures used by me in view of my Deliverance for now 27 Years and some Days.” (Defoe, 1981: 232).[11]
“Now I look’d back upon my desolate solitary Island, as the most pleasant Place in the World, and all the Happiness my Herat could wish for, was to be but there again. I stretch’d out my Hands to eager Wishes. O happy Desart, said I, I shall never see thee more . O miserable Creature, said I, whether am I going. (Defoe, 1981: 140).[12]
“ ... and had a great Mind to be upon the Wing again, especially I could not resist the strong inclination I had to see my Island, (...)” (Defoe, 1981: 279).[13]
En los párrafos anteriores
se reflejan los sentimientos encontrados del NP quien, al verse imposibilitado
de salir de ese lugar, desea con todas sus fuerzas escapar, pero cuando
se ve alejado de éste desea volver, pues es el único lugar
en el que siente protegido. Incluso varios años después del
regreso a su país de origen desea retornar y ver los cambios que
se han producido en su isla. Este fenómeno se repite a través
de toda la novela y también es un patrón de comportamiento
de nuestro personaje en la historia de vida, sólo que en el caso
de Pinto, sus sentimientos priorizan, a la hora de tomar una decisión,
la permanencia en su tierra. Es importante destacar que la opinión
con respecto a este tema difiere entre isleños (de nacimiento) y
continentales que habitan en Juan
Fernández. Esto se puede observar a través de los testimonios
presentados en el documental, no solo por los NP entrevistados sino también
por la opinión que deja entrever el NE, quién evidencia las
dificultades de habitar en esa isla. Por lo tanto, para un isleño
su relación con Robinson Crusoe es diferente a la de un continental,
salvo que este último lleve muchos años radicado en dicha
comuna insular.
ALTURA | TEXTO | IMAGEN |
03’.50” | “La pista de Robinson es una de las más complicadas para aproximarse. Hay que hacer una aproximación alta, alta encima de la pista porque si lo haces lejos como normalmente se hace una aproximación normal, el viento es tan fuerte que se produce subsidencia y te tira para abajo.” | Piloto avioneta que viaja a la isla. |
04’ .23” | “Por lo pronto esto, como lo estoy viendo, se va a mantener, y puede que aumente un poco más, así como se ven las condiciones del mar, así que por hoy día eso sería todo, cambio.” | Comunicado por radio entre aeródromo
de Juan
Fernández con Santiago de Chile. |
07’ .00” | VOZ EN OFF: “Me voy a Valparaíso tratando que un barco me lleve a la isla. Me siento mucho más seguro en un barco... sin embargo, me dicen que en estas fechas no hay ninguna goleta disponible porque el mar está peligroso.” | Puerto de Valparaíso y postales de Isla Robinson Crusoe. |
El sólo hecho de haberse criado
en un medio aislado implica para el isleño que estas dificultades
sean absolutamente familiares, en cambio, para el continental se transforman
en verdaderos problemas. Por lo mismo, para ellos, con el avance del tiempo
y el desarrollo tecnológico, el aislamiento ha ido disminuyendo.
Dentro de su forma y estilo de vida
ya está asimilado que el salir o entrar de o a la isla puede ser
un trámite de dos, tres o cuatro días. Por ejemplo,
para el NE del documental es sumamente inusual que el avión no despegue
cuando está programado y que por razones climatológicas la
embarcación no viaje a Juan Fernández, pero para cualquier
isleño, que vaya en ese mismo viaje, es parte de su realidad. Al
llevar este tema específico a los tres trabajos comparados en nuestro
estudio,
podemos decir que para Pinto esta situación pasa de ser un problema
y es parte de su realidad insular e incluso, con los años, comienza
a ser parte de la realidad laboral del piloto de la avioneta. Finalmente,
Robinson Crusoe, con sus veintiocho años ya estaba acostumbrado
a su vida isleña, tomándose el tiempo necesario para partir
de ésta y, es más, para luego echarla de menos. Esto es lo
que nosotros llamamos el “síndrome de la insularidad y el aislamiento”.
Academic
Year 00-01
07/02/2001
©a.r.e.a.
Dr. Vicente Forés López
©Ana
Aroa Alba Cuesta
Universitat
de València Press