Después de los oscuros años de crisis, el género de las aventuras gráficas ha recibido un importante empujón de mano de juegos como Syberia, del diseñador de comics Benoît Sokal, o Runaway, de Péndulo Studios. Este último, después de publicarse con ciertos problemas en España, consiguió encontrar distribuidor en Alemania, donde tuvo un gran éxito, y posteriormente se distribuyó también a otros países.
Pero la resurrección de las aventuras gráficas no se debe sólo a unos pocos títulos. La producción de nuevas aventuras va en continuo aumento, y en los últimos años han aparecido juegos tan recomendables como Dark Fall, The Black Mirror o Still Life. Sin embargo, también es cierto que el nivel de calidad en muchos casos se queda lejos de los clásicos de la época dorada, y gran parte de los juegos aparecidos se limitan a repetir el mismo esquema una y otra vez, sin atreverse a incluir ninguna innovación que les haga destacar.
Entre los juegos más innovadores destacan, por una parte, In Memoriam, en el que el jugador debe llevar a cabo una investigación, con la ayuda de búsquedas reales en Internet para encontrar pistas que permiten resolver el misterio. Por otra parte, en 2005 se publicó Fahrenheit, un juego con una estética puramente cinematográfica, que se desarrolla como una pelíla interactiva, con gráficos 3D y una compleja historia de ciencia ficción.