2.1. ASPECTOS BIOLÓGICOS
El niño con síndrome de Down tiene una anomalía cromosómica que implica perturbaciones de todo orden. El síndrome aparece por la presencia de 47 cromosomas en las células, en lugar de los 46 que se encuentran en una persona normal. En el niño con síndrome de Down, la división celular presenta una distribución defectuosa de los cromosomas: la presencia de un cromosoma suplementario, tres en lugar de dos, en el par 21 (trisomía del par 21).
Características físicas
El síndrome de Down conlleva problemas cerebrales, de desarrollo físico y fisiológico, y de la salud del individuo. La mayoría de las alteraciones orgánicas se producen durante el desarrollo del feto, por lo que el diagnostico puede realizarse antes del nacimiento, lo que es una ventaja, ya que posibilita una intervención precoz.
La apariencia física de las personas con Síndrome de Down tiene unas características muy particulares y específicas que, sin hacer a los sujetos iguales, les da un aspecto similar:
“El sujeto con síndrome de Down presenta microcefalia, la cabeza es más pequeña de lo normal. La nariz es pequeña y con la parte superior plana. Los ojos son ligeramente sesgados y la parte exterior del iris puede tener unas manchas ligeramente coloreadas. Las orejas son pequeñas igual que los lóbulos auriculares. La boca es relativamente pequeña, la lengua es de tamaño normal y sobresale muchas veces ligeramente de la boca. Los dientes son pequeños y a veces formados e implantados anormalmente. Pueden faltar algunos dientes. El cuello es típicamente corto. Las manos son pequeñas con los dedos cortos. Suele padecer hipotonía muscular y la piel aparece ligeramente amoratada tendiendo a ser relativamente seca. Los cabellos son finos y relativamente ralos y lacios. En rasgos generales suelen tener una altura inferior a la media y cierta tendencia a la obesidad ligera y moderada, sobre todo a partir del final de la infancia”.
Para tratar las anomalías físicas de los sujetos con Síndrome de Down llevaremos a cabo ejercicios físicos y terapéuticos (señalados en el apartado de LA ACTIVIDAD FÍSICA Y LOS DISMINUIDOS PSÍQUICOS (Síndrome de Down)
El síndrome de Down conlleva problemas cerebrales, de desarrollo físico y fisiológico, y de la salud del individuo. La mayoría de las alteraciones orgánicas se producen durante el desarrollo del feto, por lo que el diagnostico puede realizarse antes del nacimiento, lo que es una ventaja, ya que posibilita una intervención precoz.
La apariencia física de las personas con Síndrome de Down tiene unas características muy particulares y específicas que, sin hacer a los sujetos iguales, les da un aspecto similar:
“El sujeto con síndrome de Down presenta microcefalia, la cabeza es más pequeña de lo normal. La nariz es pequeña y con la parte superior plana. Los ojos son ligeramente sesgados y la parte exterior del iris puede tener unas manchas ligeramente coloreadas. Las orejas son pequeñas igual que los lóbulos auriculares. La boca es relativamente pequeña, la lengua es de tamaño normal y sobresale muchas veces ligeramente de la boca. Los dientes son pequeños y a veces formados e implantados anormalmente. Pueden faltar algunos dientes. El cuello es típicamente corto. Las manos son pequeñas con los dedos cortos. Suele padecer hipotonía muscular y la piel aparece ligeramente amoratada tendiendo a ser relativamente seca. Los cabellos son finos y relativamente ralos y lacios. En rasgos generales suelen tener una altura inferior a la media y cierta tendencia a la obesidad ligera y moderada, sobre todo a partir del final de la infancia”.
LAMBERT (1982)
Para tratar las anomalías físicas de los sujetos con Síndrome de Down llevaremos a cabo ejercicios físicos y terapéuticos (señalados en el apartado de LA ACTIVIDAD FÍSICA Y LOS DISMINUIDOS PSÍQUICOS (Síndrome de Down)