MEDICINA GRIEGA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Introducción Medicina Pretécnica Medicina Técnica
En la península ibérica la medicina griega llegó con éstos alrededor del siglo VI aC. Aunque los primeros contactos de griegos con los indígenas peninsulares datan de varios siglos antes, el proceso de influencia cultural no se desarrollará hasta la formación en el levante peninsular de las primeras colonias griegas. Los contactos comerciales que los foceos establecieron con el suroeste peninsular (Tartessos) no incidió en gran medida en la transformación de las estructuras socio-económicas del mundo tartésico, quien siguió manteniendo sus tradiciones y costumbres. Al contrario que en el suroeste peninsular, los foceos en el levante peninsular no se limitaron al comercio sino que también fundaron varias colonias. Arqueológicamente sólo se han encontrado dos hasta la fecha, Rhode y Emporion, aunque podría haber habido alguna más si hacemos caso de las fuentes escritas. El caso es que los griegos se convirtieron en referente cultural de las comunidades indígenas con las que directa o indirectamente entraron en contacto y modelaron o influenciaron un buen número de ámbitos de la cultura ibérica. Esta influencia duró varios siglos, del VI aC hasta la segunda mitad del IV aC, cuando el reparto de influencias en la península entre Roma y Cartago deja de lado a los griegos.
Como otro elemento cultural más, los griegos trajeron su modelo de medicina a la península ibérica a sus ciudades, pero sin duda también calaría en la población indígena que mantenía contacto con ellas. El sistema médico que llegó hasta aquí tenía dos caras que convivieron juntas. Por un lado estaba la llamada medicina pretécnica o popular, y por otro lado la medicina técnica o hipocrática que se desarrolló a partir del siglo V aC.
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MEDICINA PRETÉCNICA GRIEGA
Esta medicina pretécnica griega se va desarrollando desde la época homérica hasta el hundimiento del Imperio Romano. Aunque la medicina pretécnica quedará eclipsada y dejada de lado por el desarrollo de la medicina técnica entre los siglos VI y V aC, esta concepción va a perdurar bajo apariencia distinta como "medicina popular" o "folkmedicina" en los estratos menos cultos de todas las sociedades de Occidente. Esta medicina popular poseía diversos aspectos en el mundo antiguo; por un lado tenía un componente empírico racional y por otro un componente mágico-religioso, todo bajo una concepción pretécnica de la enfermedad.
Aunque había actitudes interpretativas ajenas a cualquier mentalidad mágica frente a determinados modos de enfermar, como los traumatismos, abundaban las interpretaciones mágico-religiosas del enfermar. Generalmente se pensaba que la enfermedad bien individual (sobretodo la lepra, locura o ceguera) bien colectiva se debía o bien a la cólera punitiva de un dios o a la terrible persecución que los dioses o determinados entes malignos (daimones, keres) ejercitan sobre un hombre o una estirpe.
La práctica del oficio de curar era preponderantemente empírica. Bajo nombres distintos, con orientaciones terapéuticas también distintas, desde los tiempos más remotos de la sociedad griega actuaron en ella sanadores atendidos a una doble experiencia: la tradicional, adquirida mediante aprendizaje, y la que ellos pudieran lograr con su personal ejercicio. Había hábiles manipuladores (quiroprácticos, kheirourgein), expertos en herboristería medicinal (rhizotomos o "cortador de raíces", farmacópola) y especialistas en la ordenación del ejercicio físico (gymnastai). Estos sanadores ejercen su profesión en todo el mundo helénico y hasta fuera de él. De hecho, se cree que las escuelas médicas de Crotona, Cnido y Cos que destacaron en la formación de verdaderos médicos técnicos, se constituyeron en un principio para formar a estos sanadores empíricos.
A los remedios de carácter empírico a veces se le asociaban ritos de índole mágico-religioso. A favor de los poderes que el sanador cree poseer, en la magia se intenta gobernar mediante ella el curso de la naturaleza, mientras en la religiosa el hombre se dirige a la divinidad para que ésta haga cesar en él la enfermedad o el dolor. De entre las muchas prácticas mágico-religiosas de la medicina popular griega antigua destacaremos a continuación algunas de ellas:
La plegaria (eukhe) dirigida a alguna de las divinidades sanadoras del panteón helénico: Apolo, Asclepio, Artemis, Palas Atenea, Iaso, Higea, Panacea...
La catarsis o ceremonia lustral, encaminada a borrar o eliminar del cuerpo enfermo mediante la aplicación de recursos distintos (agua, fuego, fumigaciones...) las manchas o los miasmas que revelan su impureza y producen su enfermedad. El carácter a la vez material y moral de la mancha morbosa muestra muy bien la mentalidad "naturalista" del pueblo griego.
La entrega a alguno de los cultos orgiásticos (ritos dionisíacos o coribantismos), con la confianza en la acción sanadora del enthousiasmos o posesión del hombre por el dios, que mediante dichos cultos se creía lograr.
El empleo de la música, la danza y aun el simple ruido para expulsar los agentes causales de la enfermedad. Con intención ya no mágica, sino psicológica y medicinal, la meloterapia pitagórica trataba de restablecer la armonía natural o sympatheia entre el cuerpo y el alma.
La terapéutica transferencial: la expulsión del agente causal de la enfermedad, hacia un animal o hacia otro ser humano, mediante ritos diversos como lo son la imposición de manos, aplicación de saliva o de leche y todas aquellas prácticas en que se apela al principio de "la curación de lo semejante por lo semejante".
La logoterapia mágica, en la que el ensalmo, encantamiento o épode poseían acción sanadora sobre el paciente.
También existía la terapéutica astrológica y iatromatemática, doctrina que considera que existe una correlación real entre el universo o macrocosmos y el hombre individual o microcosmos. Aquí englobaríamos también la melothesia o distribución del influjo de los astros sobre el cuerpo humano.
Relieve del Templo de Asclepio en Epidauro en el que aparecen un medico dandole un masaje a una paciente . |
Además de todo lo visto se da también el fenómeno de "incubación" o sueño en el templo dentro de lo que es esta medicina popular griega. Desde antes del siglo V aC hasta el hundimiento del mundo antiguo, los templos consagrados a Asclepio (que no olvidemos fue la divinidad pagana mas resistente al triunfo del cristianismo) fueron el marco de la práctica más famosa y popular en la medicina mágico-religiosa helénica y romana: la incubatio. Los enfermos dormían juntos en el interior del templo, y durante el sueño se aparecía Asclepio a cada uno de ellos para curarle, bien tocando su persona, bien prescribiéndole algún remedio. A pesar de que el tratamiento en los templos de Asclepio era gratis, se esperaba que los pacientes curados realizaran una ofrenda votiva, que en muchas ocasiones contenía una replica del órgano o extremidad afectada. Los templos de Asclepio se distribuyen temporalmente desde momentos presocráticos hasta finales del Imperio Romano y se extienden territorialmente por todo el mediterráneo, pudiendo encontrar aquí en la península varios de ellos (en Ampurias estaba el mas conocido -de época griega- aunque hubo otros posteriores -de época romana-).
Aunque muy parecida a las otras medicinas arcaicas (asirio-babilónica, egipcia y del antiguo Irán), la medicina popular griega tiene algo muy importante que la distingue de las demás: la inquieta imaginación de quienes la practicaron. Una total carencia de dogmatismo en esos hombres y, por consiguiente, la permanente apertura de sus almas a las influencias culturales mas diversas, permitió el avance de dicha medicina. También contribuyó a ello el que poseyeran la tácita convicción de que la realidad misma del cosmos, bajo forma de moira (fatalidad) o ananké (necesidad invencible), impone a la acción mágica limites humanamente irrebasables.
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MEDICINA TÉCNICA GRIEGA
Aunque se le suele llamar a la medicina técnica griega "medicina hipocrática", ésta comenzó a abrirse camino ya en el siglo VI aC, mucho antes de que naciera quien fuera a ser considerado como el "Padre de la Medicina", Hipócrates. Se podría decir que comenzó con los llamados filósofos presocráticos.
Durante los siglos que transcurrieron desde el florecimiento de la civilización micénico-cretense hasta la época de estos filósofos presocráticos, se fue produciendo un cambio de mentalidad en lo referente a las causas de enfermedad: los maestros y los prácticos de la medicina ya no consideraban la enfermedad como un castigo divino. No obstante, la situación en que se encontraba el enfermo no había mejorado mucho en relación a los tiempos anteriores. Si se le podía devolver la salud, se empleaban todos los medios posibles, pero cuando no era posible curarle o ni siquiera mejorar su estado, el enfermo era abandonado tanto por el medico como por sus allegados. La enfermedad constituía, por tanto, un verdadero castigo, si no de los dioses, sí por parte de los hombres.
En la etapa presocrática una amplia serie de pensadores geniales descubren y elaboran la noción de physis (por ello se los llamo luego physiologoi o fisiólogos). Trazaron los fundamentos de la ulterior ciencia natural y permitieron con su obra la definitiva tecnificación y nacionalización de la medicina griega. Entre estos filósofos destacan Tales de Mileto, Alcmeon de Crotona o Pitágoras, los cuales vivieron y actuaron entre la primera mitad del siglo VI y los decenios primeros del siglo IV aC.
Todos estos presocráticos se originan de las escuelas de saber que comenzaban a aparecer por aquel entonces. De entre ellas destacan las escuelas médicas de Mileto, Efeso, Crotona, Cnido y Cos. Nosotros hablaremos un poco ahora de las de Mileto y Efeso, que por ser escuelas jónicas sin duda repercutirían mas en las colonias de la península ibérica, jónicas.
Al hablar de la escuela médica de Mileto es imprescindible hacer hincapié en su máximo exponente, Tales. En la época de Tales aunque apareció la primera escuela de medicina, la práctica de la medicina estaba seguramente en manos de artesanos itinerantes, y la información se transmitiría básicamente oralmente de generación en generación. Es por esto ultimo que de Tales sólo sabemos lo que otros escribieron de él. El de Mileto creía que el elemento básico en toda la vida animal y vegetal era el agua, de la que derivaban la tierra y el aire. El aspecto más importante de su obra, por el que ha sido llamado "padre de la ciencia", es que sus interpretaciones de los fenómenos no recurren a agentes sobrenaturales. Después de Tales aparecieron en Mileto otros dos pensadores de envergadura, Anaximandro y Anaxímenes. Aportaron a la obra de Tales la teoría de que el universo estaba formado por fuerzas opuestas en equilibrio y gobernadas por leyes universales, y consideraron que el aire era requisito esencial para la vida.
De la escuela de Efeso destaca la figura de Heráclito, que consideró al fuego como elemento principal y afirmó que las tensiones entre las fuerzas contrarias eran esenciales para el universo y la vida y que el cambio era lo único constante.
En el siglo VI aC se aceptaba de modo general lo que se enseñaba en las escuelas médicas, que cuatro elementos eran los componentes básicos de todas las sustancias: agua, tierra, fuego y aire. A cada uno de ellos correspondía una cualidad característica: la humedad al agua, la sequedad a la tierra, el calor al fuego y el frío al aire. Esta doctrina de los cuatro elementos y sus cualidades , que veremos más adelante como fue relacionada con la teoría de los cuatro humores orgánicos, influyó de manera definitiva en el saber médico durante muchos siglos.
A pesar de lo mucho que contribuyeron todas estas escuelas al inicio y desarrollo de la medicina técnica racional (la llamada physis helénica), el nombre más famoso que ha llegado a nosotros es el de Hipócrates de Cos. No se sabe si las doctrinas asociadas a su figura fueron formuladas por un sólo hombre o por muchos, ya que cuando los escritos de Hipócrates fueron recogidos en la gran biblioteca de Alejandría en el siglo IV aC se le atribuyeron obras de otros autores. De esta forma, cuando hablamos de Hipócrates no nos estamos refiriendo sólo a un autor, aunque hay pruebas de que verdaderamente existió un medico excepcional con ese nombre en aquella época.
Hippocratis Coi Medicorum Omnium Longe Principis |
Cuando nos referimos a la llamada etapa hipocrática nos referimos a la época posterior al año 500aC. Y es que a partir de dicha fecha los médicos de distintas escuelas profesionales (las mismas antes mencionadas) comienzan a construir una medicina temáticamente fundada sobre la physiologia o ciencia natural de los presocráticos. Debido a la glorificación que realizaron los eruditos alejandrinos del siglo III aC a Hipócrates (de la escuela de Cos), será denominada "medicina hipocrática" a la que tras la genial obra de Alcmeon da primer cuerpo a la concepción técnica y fisiológica del oficio de curar, y recibirá el nombre de Corpus Hippocraticum el conjunto de los 53 escritos anónimos que comenzaron a ser reunidos en Alejandría. Nosotros más que en la figura de Hipócrates nos vamos a centrar en como era la medicina en esta etapa, que sin duda se practicó en las colonias griegas del levante de la península ibérica hasta su desaparición.
En la época de Hipócrates los griegos habían desarrollado un sistema interpretativo del mecanismo de producción de las enfermedades, basado en la teoría de los cuatro humores orgánicos. Puede reconstruirse claramente el camino que llevó al pensamiento griego a este sistema médico: la ya mencionada idea de que el universo esta formado por cuatro elementos básicos (agua, aire, fuego y tierra) cada uno de ellos caracterizado por una cualidad especifica (humedad, sequedad, calor, frío), y la teoría de los cuatro contrarios que sostenía que entre los elementos opuestos debe conservarse un equilibrio para mantener la armonía del cosmos y la salud en el microcosmos que es el hombre.
El principio médico básico fue la teoría según la cual todos los fluidos orgánicos están compuestos, en proporción variable, por sangre (caliente y húmeda), flema (fría y húmeda), bilis amarilla (caliente y seca) y bilis negra (fría y seca). Si estos "humores" se encuentran en equilibrio el cuerpo goza de salud, pero en cambio el exceso o defecto de alguno de ellos produce la enfermedad. Existen tres etapas en toda enfermedad: el cambio en las proporciones humorales causado por factores externos o internos, la reacción del organismo ante esa alteración , y la crisis final en la que la alteración acaba con la eliminación del humor que está en exceso o con la muerte. La eliminación de los humores por el organismo puede observarse durante la enfermedad (sangre, flema o moco de la nariz, vómitos, materias fecales, orina, sudor), y la afección normalmente desaparece después de alcanzar la crisis con expulsión de uno de los humores. Además, según la proporción propia de los cuatro humores en cada individuo se clasificaba a estos en flemáticos, melancólicos, coléricos o sanguíneos:
Melancólico Sanguíneo Flemático Colérico |
Los métodos terapéuticos abarcaban tanto los remedios locales como los generales. Los regímenes se basaban en la dieta, el ejercicio físico diario y la moderación en el dormir, en la comida y en la vida sexual. La terapéutica habitual se basaba en el empleo de remedios externos, si bien los medicamentos internos se usaban como purgantes y vomitivos, cuya acción liberaba al cuerpo del exceso de humores. Además, probablemente conocían y aplicaban las propiedades anestésicas y analgésicas del jugo del opio y de la mandrágora.
Las heridas y las úlceras se limpiaban y luego se espolvoreaban con diversos tipos de sustancias minerales o con mezclas de extractos vegetales. Con ello pretendían calmar el dolor y facilitar la curación. Como la experiencia les había demostrado que en los furúnculos molestos la extracción del pus venía seguida habitualmente de la curación, el drenaje de las heridas purulentas se convirtió en una práctica frecuente.
Aquí vemos a un medico corrigiendo la posición de una mandíbula dislocada mientras su asistente sujeta la cabeza del paciente. |
El tratamiento de las fracturas y lesiones óseas constituía un aspecto importante de la práctica médica. Las técnicas manuales de reducción de las luxaciones y fracturas alcanzaron un alto nivel de complejidad, con la utilización en ocasiones de instrumentos mecánicos. Tanto en los textos hipocráticos como en otros posteriores se mencionan diversas técnicas para el vendaje de las distintas regiones del cuerpo. Según parece, los griegos utilizaron el cauterio en el tratamiento de infecciones, heridas y tumores.
Seguramente fue Cos el lugar donde la exploración física se elevó a la condición de arte médico. Sus prácticos no solamente pensaban que no debía omitirse ningún detalle sobre el aspecto del paciente o el estado de sus funciones, sino que examinaban cuidadosamente sus costumbres, el estado emocional, el ambiente y el comportamiento del enfermo. También eran objeto de este examen el clima y las costumbres de la ciudad y la región en que el paciente habitaba. Una vez recogida toda la información y valoradas las respuestas del enfermo, el médico de Cos emitía su juicio sobre las posibilidades de curación (pronóstico) y acerca de lo que el paciente debía hacer para curarse. La explicación del tipo de enfermedad que padecía estaba siempre en función del pronóstico, ya que en una sociedad en que los médicos viajaban de un lado para otro, su reputación dependía mas de la predicción que hicieran del desenlace que del diagnóstico exacto de la enfermedad.
Al final de la etapa hipocrática se produjo la influencia de Aristóteles sobre el campo de la medicina. Aunque muchos conocen a Aristóteles sólo por sus obras lógicas, éticas y filosófico-naturales, sus obras biológicas son sin duda de gran importancia. Aristóteles concedió gran importancia a la anatomía comparada, sentando sus fundamentos metodológicos al diferenciar entre "analogía" (aplicable a las partes de la misma función y posición relativa) y "homología" (semejanza estructural y de origen). Además fue el padre de la anatomía estructural.
Un Rembrandt en el que se aprecia a Aristoteles contemplando el busto de Hipocrates.
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A la etapa hipocrática le sigue el helenismo alejandrino en el siglo III aC, que si bien fue de gran importancia para el desarrollo de la medicina en el mediterráneo oriental, pasó casi desapercibida para el occidental, incorporándose a éste sólo cuando los romanos tomaron Alejandría y establecieron su hegemonía sobre el mundo griego alrededor de la mitad del siglo II aC. Los dos autores mas señalados de este periodo alejandrino en el campo de la medicina fueron Herófilo de Calcedonia y Erasístrato de Ceos. Ambos autores se caracterizaron por ser revolucionarios (antihipocráticos y antiaristotélicos), y fueron sus obras anatómicas las que mas contribuyeron al desarrollo de la medicina. Practicaron disecciones de cadáveres humanos, algo hasta entonces no documentado, y con ello le dieron una nueva importancia a los conocimientos anatómicos, que hasta entonces habían sido ignorados u habían sido objeto de criticas y desprestigio. Entre las estructuras descritas por estos autores destacan el encéfalo con sus meninges y plexos coroideos, las diferencias entre las paredes arteriales y venosas, las membranas del globo ocular y la importante distinción entre nervios sensitivos y motores. En las autopsias de cadáveres humanos no solamente observaron las formas anatómicas normales, sino también las lesiones que en ellas producen las enfermedades (estamos ante el comienzo de la anatomía patológica). Frente al humoralismo de los hipocráticos se propuso en este periodo un "solidismo" que destacaba la importancia de las alteraciones de las partes sólidas.
Además de estos autores hubo otros muchos seguidores de éstos, pero su obra ya no aportó prácticamente nada nuevo a la medicina. De hecho la disección de cadáveres humanos se olvidó o prohibió en el paso de los siglos III al II aC, y ya no se volvería a retomar hasta finales de la Edad Media. Además, desde este periodo hasta la aparición de Galeno se produjo una reacción contra la fundamentación de la practica médica en la anatomía y otros saberes científicos, que supuso la aparición de la "escuela empírica", que defendió que se basara exclusivamente en la experiencia clínica.
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