POLA DE ALLANDE-LA MESA

Salimos temprano y sin desayunar. Para eso, para desayunar, tuvimos la subida durísima del Puerto del palo.
Aunque la subida fué verdaderamente dura, las vistas desde arriba también eran verdaderamente fantásticas.
Después de una bajada bastante dura por las montañas, el camino estaba muy mal indicado, y no conseguía aclararme ni con la guía ni con las indicaciones que terminaban en una puerta cerrada de una finca.Volví a subir (esa era de propina) hasta cerciorarnos que teníamos que entrar en la finca privada para continuar por el buen camino. Fué una verdadera pérdida de tiempo y de fuerzas.
Después de desayunar en Lago, pasamos por Berduceo, donde un abuelo me dice la frase del día: "y al ritmo que vas…. ¿Por qué no corres?"
En Berduceo paramos en Casa Gago a avituallarnos y continuamos los dos kilómetros que nos separaban de La mesa, donde estaba el albergue.
Comimos en una casa rural que había al lado del albergue un cocido que habíamos encargado el día anterior por teléfono (ventajas del peregrinaje en el siglo XXI)
Aunque a mi me apetecía continuar hasta el siguiente albergue, porque terminamos muy temprano, a Alicia no le apetecía lo más mínimo. Es en esta etapa, entonces, cuando perdemos a los belgas y a los snorkels, que continúan. A cambio, hace su aparición Amaya yoga.
En esta aldea con tres o cuatro casas, aparte de vacas solo hay una iglesia de roca muy atractiva.

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