La primera noche de viaje en el Orient Express ha transcurrido con
normalidad. Finalmente, Poirot durmió en un camarote de segunda, en la
litera inferior de la de Hector Mcqueen, secretario del Sr.Ratchett.
Éste es un rico y veterano aristócrata que no despierta muchas
simpatías.
Poirot desayuna con el Sr.Bianchi, dueño de la compañía y buen amigo
suyo. Al abandonar la sala, el Sr.Ratchett interpela a Poirot: le
explica que tiene muchos enemigos y le pide su protección. Sin
embargo, el detective rechaza el trabajo por considerarlo poco
interesante.
Poirot se dispone entonces a cambiarse de vagón, la próxima noche
ocupará el del Sr.Bianchi y éste se mudará al coche-salón, sólo
ocupado por un médico griego, el Dr.Constantine. El tren llega a
Belgrado, donde efectuará su primera parada.