Como el mismo Quereda señala, si estas predicciones fuesen ciertas, “nos hallaríamos ante el mayor problema medioambiental en los próximos cincuenta o cien años. Consecuentemente, los impactos serían brutales y todos ellos presididos por una fortísima reducción del elemento básico de la vida: el agua” . Aquí se centran las mayores inquietudes de nuestro escenario climático próximo: la posibilidad de estar asistiendo a una desertificación. Las investigaciones muestran que sólo con un aumento térmico de 0.5 º C las escorrentías regionales podrían disminuir entre un 10% y un 15% en las cuencas del Júcar y del Segura. “Una disminución de recursos hídricos que resulta dramática si pensamos en los aumentos de 2 a 5 º C previstos en los modelos del Cambio Climático”, afirmó Quereda.
Esta trágica situación podría empeorarse si los expertos del IEO confirman que el deshielo de zonas en tierra firme, como Groenlandia, contribuyen a la subida del nivel del mar. Si se confirmara que por esta causa está aumentando el volumen de agua de este mar muy cerrado, a través del Estrecho de Gibraltar, la predicción podría ser de una mayor subida. El CEAM también es alarmista y señala que se han de reducir de forma inmediata las emisiones de CO 2 . A corto plazo, la única prevención posible, es la reforestación para crear masas boscosas que hagan de sumidero de esos gases. Sin embargo, el catedrático de la UJI asegura que todavía es pronto para afirmar que nos encontramos ante los primeros efectos del Cambio Climático. |