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a nivel político, económico y social, ya que implica impulsar y utilizar con más asiduidad las energías renovables , desarrollar tecnologías limpias , medios de transporte sostenibles , reducir la energía y fomentar empresas responsables con el medio ambiente .
Los países en vías de desarrollo deberían seguir los mismos pasos que los anteriores e intentar reducir también sus emisiones de CO2 a través de políticas económicas, ambientales y sociales que fomenten la eficiencia energética y las energías renovables. Por ello, la Unión Europea considera necesario que estos países tengan más oportunidades de acceder a una mejor financiación de los proyectos.
Aunque la Unión Europea afirme que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no altera el crecimiento económico, dista mucho que el cambio climático vaya a paralizarse, pues para que éste se estabilice es necesario que estas emisiones a nivel mundial disminuyan en un 50% respecto a 1990 de aquí al 2050, una cantidad que implica que los países desarrollados deben reducir entre el 60 y el 80%.