Mariano José de Larra desarrolló su actividad literaria y política en la primera mitad del siglo XIX, una época marcada por el proceso de constitución de la sociedad burguesa. Representa el final de la sociedad del Antiguo Régimen, establecida desde la Edad Media y basada en el poder de la nobleza y el alto clero. El contexto ideológico y cultural en España estuvo marcado por los continuos conflictos entre los liberales y los absolutistas, por lo que se alternaban períodos de exilio, y de retorno de intelectuales progresistas, según quién ocupaba el poder. Además, principalmente en el terreno cultural, se produjo la asimilación del Romanticismo, que supuso una total libertad de creación artística por la que se abandonaron todas las normas impuestas por el Neoclasicismo. Por lo que se refiere a la ideología que profesaba Larra, cabe destacar que, como demuestran la mayoría de sus artículos, se trataba de un escritor romántico; un hombre liberal, opuesto al absolutismo y esperanzado con la idea de progreso de la sociedad.