Como hemos visto antes, Linux incorpora herramientas específicas para comprimir y descomprimir archivos.

Hemos visto los tipos de archivos que maneja Linux, y nos hemos centrado en tar, zip y rar.

Si bien, antes hemos visto como comprimir, descomprimir y visualizar archivos comprimidos en modo texto, vamos a hacerlo ahora de manera gráfica, y utilizando los compresores de que dispone el sistema operativo.

Para comprimir archivos en otro, necesitamos crear un archivador, seleccionando los documentos que queramos comprimir o empaquetar y haciendo clic con el botón derecho del ratón. Nos aparecerá esto:

Las acciones que nos pide aquí son:

- Nombre del archivador que vamos a crear.

- Carpeta destino del fichero compimido.

- Tipo de archivo compimido (a elegir entre varias opciones de compresión).

Si lo probamos, podremos ver que el tipo tar tiene una extensión similar a la suma de los archivos que contiene, por lo que generalmente se le considera un contenedor de archivos más que un archivo comprimido. En cambio rar y zip sí tendrán un tamaño más pequeño.

Para descomprimir o extraer los archivos, haremos doble clic sobre el archivador creado, donde podremos visualizar el contenido del archivo comprimido:

Seleccionaremos los archivos que queremos descomprimir y haremos clic en el icono Extraer. En la ventana que se abre, indicaremos en Lugares dónde queremos que se extraiga y pulsaremos Extraer de nuevo.

Al igual que en Windows, podemos añadir archivos o carpetas al archivo comprimido, ver el contenido del archivo sin extraerlo, etc.

Gran parte del software que se instala en Linux suele distribuirse en paquetes tipos tar, con lo que es necesario descomprimirlo para instalarlos.