Woody Allen nació el 1 de diciembre de 1935, con el nombre de Allen Stewart Konigsberg, en el seno de una familia judía de Brooklyn. El famoso nombre artístico sólo apareció quince años más tarde.
De pequeño, creció practicando trucos de magia y tocando el clarinete. Según él, creció junto a padres que eran “los típicos judíos sobreprotectores, llenos de miedos que no entendía". En todo caso, él en temores tampoco se queda corto: es claustrofóbico, agorafóbico; le asustan las duchas con desagüe, los túneles, el campo de noche, cambiar el menú del desayuno o variar su ropa. Sus fobias se mantienen, a pesar de que ha pasado casi toda su vida en psicoanálisis.
Antes de ingresar al colegio, su madre lo llevó al cine a ver una película. Esta experiencia hizo que los cines se transformaran en su segundo hogar. Entre la magia, la música y las producciones cinematográficas, no le dedicó mucho tiempo a los estudios. Así, sus notas fueron mediocres tanto en el Colegio Hebreo como en el Midwood High School.
Antes de salir del colegio, a los 15 años, comenzó a vender sus escritos como comediante. Por ello, decidió cambiar su nombre por uno que le pareció más apropiado: Woody Allen. [...]
Woody Allen es uno de los directores de cine más importantes de nuestros tiempos. Ha dirigido películas tan importantes dentro del panorama cinematográfico como Annie Hall, Manhattan, Hannah y sus hermanas o Maridos y mujeres. El carácter independiente de sus obras, fruto de una trayectoria en la que ha sabido sortear los obstáculos económicos, lo convierte en un cineasta excepcional que no ha renunciado a sus propias exigencias artísticas. [...]
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