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EN BUSCA DE KIOTO II

La Cumbre del Clima de Bali celebrada durante el mes de diciembre de 2007, donde se reunieron delegados de 150 países, se organizó con el objetivo de renovar el Protocolo de Kioto, que termina en 2012, y crear otro tratado mucho más ambicioso para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2015. Ese acuerdo parte de las previsiones de los científicos de que, si no se hace nada, el planeta se calentará por encima de lo aceptable.

Pese a todas las críticas Kioto ha cumplido. Aunque las emisiones en el mundo aumentan (un 24% desde 1990), los países desarrollados ya las están frenando. Actualmente, la comunidad internacional, reunida bajo el mandato de Naciones Unidas y rodeada de fuertes medidas de seguridad, se ha enfrentado al reto de renovar el Protocolo. “Estamos en una senda catastrófica y la comunidad científica ha lanzado a los políticos un mensaje claro: que el cambio climático se puede frenar y que actuando ahora se podrán evitar muchos de los impactos catastróficos del calentamiento”, sentenció en la Cumbre el responsable de Naciones Unidas para el Cambio Climático, el holandés Yvo de Boer.

Sin embargo, el resultado de la negociación en Bali ha dejado un sabor agridulce en la UE, puesto que los 150 países no han conseguido acordar ninguna cifra para renovar Kioto, aunque en el texto realizado sí hay una referencia en un pie de página al escenario de reducción de emisiones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), que recomienda reducir las emisiones entre un 25% y un 40% en 2020 respecto a 1990 para evitar que la temperatura de la Tierra suba más de 2,4 grados.

La negativa de Estados Unidos a la hora de crear un sucesor para el Protocolo de Kioto, llevó a Europa a amenazar con boicotear el foro paralelo contra el clima que prepara George W. Bush con los 15 países más contaminantes, algo que habría dejado a Washington en muy mal lugar. El enviado especial de El País a Bali, Rafael Méndez, señaló que “Europa llegó a pensar que con la Administración de Bush en el último día de su última cumbre aceptaría arrepentirse en el último momento de sus pecados durante siete años para no pasar a la historia como la Administración que se negó a combatir el cambio climático, aunque se equivocaban”.

Al final, a cambio de quitar las cifras del texto, Estados Unidos aceptó que “todos los países desarrollados tendrán límites cuantificados a las emisiones y objetivos de reducción de emisiones teniendo en cuenta la comparabilidad de los esfuerzos entre ellos y las diferencias en sus circunstancias nacionales”, indicaba el borrador del acuerdo. Esto supone que EEUU asume que tiene que reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y que lo firma en un documento de la ONU. Sin embargo, todavía debe decidir, en los próximos años, si ese compromiso es vinculante o sólo indicativo.

- KIOTO II necesita el apoyo de los países en vías de desarrollo