Tu camino al periodismo


Decides preguntar e insistir, manteniendo un nivel óptimo de educación.

Él pasa de ti, como quien oye llover.

 ¿Qué quieres hacer?

 

Le sigo insistiendo.

La paciencia tiene un límite y no hay cosa que más te desespere que un funcionario incompetente y maleducado que te ningunee, pero aquella vez fue demasiado lejos… Con movimientos rápidos y seguros, pero ajenos a tu razón cegada por la furia, entraste a la conserjería acristalada y le partiste un teclado de ordenador en la cabeza al antipático ese.

--Mejor subo yo a buscarlo. Gracias, majete.

El mundo va en mi contra y tiene a este maleducado como funcionario... Voy a olvidar las penas con la espumosa, que ella sí me respeta. 

  o... 

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