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DANZA Y TEATRO
Ficha técnica:
Título: La bella durmiente
Compañía: Ballet de Teatres de la Generalitat Valenciana
Dirección coreográfica: Goyo Montero
Dirección musical: Joan Cerveró
Orquesta: Orquesta Sinfónica de Valencia
Música: Tchaikovsky
Aurora es una príncipe joven y alegre, la cual ha estado maldita por Carabosse en la cuna. Sumida en un profundo sieso espera un bes de amor verdadero que la hará despertar. Esta misma sensación es la que el bailarín y coreógrafo Goyo Montero logra crear en el espectador en una nueva versión coreográfica del cuento de Perrault, del que es el director, La Bella Durmiente, en que aporta una visión nueva manteniendo el respeto a la obra clásica. Se trata de una obra para todos los públicos en la que el creador presenta una visión contemporánea de un ballet clásico que combina la estructura académica (cuerpos de baile, pasos a dos y divertimentos) con una búsqueda de la psicología del cuento de Perrault desde una perspectiva más actual. La intención de Goyo Montero es la de ser fiel a la historia tradicional añadiendo elementos originales que estimulan la curiosidad en el espectador.
Lo más significativo de lo obra en cuanto a la parte danzada es el híbrido entre danza clásica y danza contemporánea con la que ha decidido arriesgarse Montero. Al comenzar el espectáculo puede pensarse que lo obra es estrictamente clásica ya que elementos significativos como el vestuario y la orquesta no presentan ningún tipo de ruptura con el ballet dieciochesco. La sorpresa llega poco a poco al ver como se van introduciendo sextas posiciones, figuras de suelo y la no utilización de las puntas, entre otros elementos. Esta innovación sin embargo, logra introducirse cómodamente en la obra gracias a la esmerada coreografía. No obstante, en los pasajes musicales que pueden ser reconocidos más fácilmente por el público como lo Valses del Acto Primero, la coreografía no debía haber estado tan extremada hacia lo contemporáneo ya que el impacto entre lo que se escucha y lo que se ve se intensifica excesivamente.
No obstante, los protagonistas muestran una gran ternura en las escenas de amor, a las que el resto de personajes aporta una sensibilidad conmovedora, mientras que los duelos y combates son de una violencia espectacular, ejecutados de forma brillante por un cuerpo de baile que muestra una técnica y una energía que se ganan la admiración del espectador. Goyo Montero ha sabido crear unos personajes humanos y próximos al público. Mientras que el primer acto se sume en el drama, todo el segundo acto refleja una juventud entusiasta y optimista.
Fragmento de la obra interpretado por la célebre Sara Nieto
Este contraste entre los dos actos se ve reforzado por la correcta iluminación. Así, Miquel Lobo, pertenecien- teal propio Centro Coreográfico de Teatres de la Generalitat, tiene la difícil labor de apoyar con su trabajo el universo de contar historias sin palabras, creando en un mismo espacio diferentes acciones con distintas intencionalidades.
Para el vestuario se ha contado en esta ocasión con el trabajo de Pascual Peris, otro gran profesional valenciano, que ha volcado en el diseño y realización una grande labor de investigación y desarrollo para transformar el habitual traje clásico de un ballet de repertorio en un maravilloso vestuario actualizado de los clásicos tutús y demás trajes de los distintos personajes, la cual refuerza la idea de mezclar aquello clásico con lo contemporáneo.
A pesar de la fuerte apuesta del director en cuanto a la innovación, se logra finalmente, despertar en el público de manera más clara y directa la idea que se desprende de la revisión hecha por Montero del clásico de Perrault, la cual también incluyó en una de sus obras más exitosas, Congelado en el tiempo: como de dura es la vida y la necesidad de luchar y trabajar por lograr aquello que se desea.
Enlaces relacionados:
Centro Coreográfico de Teatres de la Generalitat Valenciana
