“La Bienal de Valencia ha abordado el tema del agua mediante diversos y complementarios recursos, pero todo ello se revelaría insuficiente si la Bienal no fuese capaz de transmitir algo tan básico como que construir un pozo en África cuesta 2000 Euros y permite cambiar, para mejorar, la vida de las 300 personas promedio que habitan en una aldea", comentó Settembrini. El director y máximo responsable de la III Bienal aludía así a la "misión social" que este certámen se planteaba. "Es preciso recordar que la ONU proclamó en el año 2000 dos objetivos fundamentales para mejorar la cuestión del agua en el planeta. Dichos objetivos pretenden reducir a la mitad, en el año 2015, el número de personas que aún no tienen acceso aceptable al agua potable, así como la proporción de individuos insuficientemente alimentados debido a la escasez en el abastecimiento del agua”, matizó.