Reflexiones de un pez en el mar profundo es el peculiar título que se le dio a la exposición central de la Bienal de 2005. Llevado a cabo por los dos comisarios, Seung duk Kim y Franck Gautherot. En esta edición de la Bienal, el objetivo era tratar el tema del agua y la importancia de dicho elemento en la vida. Para ello, se planteó la idea de presentar el agua en cada una de sus condiciones: gas, líquido y sólido. En esta exposición se presentaron las reflexiones sobre el agua de cada uno de los 44 artistas que participaron en la Bienal. La niebla y la humedad tropical, la sensación de frío como el hielo o la lluvia fuerte, la tranquilidad de los lagos, la mutabilidad de los ríos y del mar, la curiosidad de diferentes visiones... estas eran las ideas que el visitante percibiría a lo largo de este conjunto de instalaciones.

Esta exposición central se ubicó en el Convento del Carmen, espacio que se supone tendría cierta armonía con el elemento central de la temática: el agua. De hecho, una de las obras más llamativas e importantes es la que estaba emplazada en el propio estanque del claustro. Sobre el agua de dicho estanque flotaban diversas figuras de colores, comulgando los elementos artísticos con el elemento natural agua.

La Bienal de 2005 contaba con 44 artistas de varias nacionalidades y seis proyectos que suponían las instalaciones más atractivas de esta edición. En este sentido, seis fueron las instalaciones por las que apostó la Bienal: Niebla tropical, Isla de clausura, Isla de fábrica de sueños, Archipiélago, Ríos de Babilonia y El mar Sargaso. Estos proyectos, en su mayoría concebidos por artistas internacionales, condensaban en sus títulos las referencias al agua, materia central de la 3º Bienal de Valencia.