Esta instalación fue íntegramente creada por Nicolas Schöffer, fallecido en 1996. La Bienal de 2005 decidió recoger su obra como homenaje. Por otra parte, la temática escogida por el francés hace más de 20 años fueron los elementos naturales, entre ellos el agua. Durante toda su vida, Nicolas Schöffer realizó diversos proyectos basados en la interacción del espectador con el mundo. En esta "Isla de la fábrica de sueños", el visitante podía contemplar diversas máquinas llenas de cristales y metales que giraban de forma vertiginosa. Unos focos de diversos colores proyectaban sus haces de luz hacia estos artilugios metálicos, pretendiendo crear la sensación en el visitante de encontrarse en una fábrica llena de máquinas en funcionamiento que proyectaban luces de diversos colores en todas las direcciones.