Actuaciones desde la escuela

- La
organización de los elementos materiales y espaciales debe ser fija y estable.
Debe explicarse al alumno su ubicación y ayudarle en su comprobación, al igual
que debe garantizarse un orden permanente por parte de sus compañeros y en caso
de que sea necesario variar algún elemento del aula, debe anticipársele al
alumno.
- El
puesto escolar que se le asigne debe ser suficientemente espacioso y amplio que
pueda dar cabida a sus materiales didácticos (textos braille más voluminosos) y
a sus recursos técnicos (PC hablado, Braille hablado), ópticos (auxiliares
ópticos) y ergonómicos (atril o mesa elevable).
- Su
ubicación en el aula debe responder a criterios de accesibilidad.
-
Debe ser instruido por un profesional especializado en el conocimiento de las
zonas y espacios escolares donde se va a desenvolver el alumno.

- El
profesor debe mostrar siempre el aula al alumno ciego, acompañándole y
explicándole los lugares, espacios, objetos y muebles existentes.
-
Tanto el profesor como el resto de los compañeros deben permitir que el alumno
ciego explore sus caras y sus características físicas.
-
Cuando alguna persona del centro se dirija al niño invidente debe evitarse la
formulación de la pregunta típica ¿sabes quién soy?
-
Cuando se presenten contenidos a través de medios visuales, aunque sea la
pizarra, es preciso verbalizar y/o hacer descripciones claras de lo que se
expone.
-
Siempre que el profesor tenga que dirigirse a un grupo, actividad o situación,
debe hacerlo por su nombre, utilizando referencias concretas y evitando
ademanes o gestos como únicas indicaciones pues el alumno ciego no percibiría
datos suficientes que le informasen sobre el ambiente.
- El
profesor debe habituarse y acostumbrar a los compañeros de que cuando quieran
que el alumno ciego se dirija a un lugar determinado, deben llamarle por su
nombre y darle pistas auditivas o espaciales que le ayuden a localizar el
lugar, marcándole verbalmente la dirección e indicándole el itinerario y los
obstáculos.
- No se deben manifestar atenciones especiales ni actitudes compasivas ni de sobreprotección. Deben promoverse actitudes de cooperación, colaboración y aceptación.
¿Cómo puede el maestro ayudar
al niño deficiente visual para que se sienta bien en clase?
- Se
sentirá cómodo usando palabras tales como “ver” y “mirar”. Estas palabras
son una parte importante del vocabulario del niño deficiente visual, al
igual que cualquier otro niño.
- Se
dirigirá a él como lo haría con cualquier otro niño, estimulándole para
que responda a las preguntas por él mismo.
- Incluirá
al niño deficiente visual en todas las actividades posibles. El maestro
itinerante podrá sugerir métodos y materiales especiales o ayudas que servirán
de apoyo en algunas actividades.
- Aplicará
las mismas reglas de disciplina que normalmente se aplican a todos los
niños de la clase.
- Estimulará
al niño deficiente visual a moverse por la clase para obtener sus
materiales e información visual. Él sabrá sus propias necesidades y su
método de compensación pronto formará parte de la rutina de la clase.
- Verbalizar
los acontecimiento porque el niño visualmente limitado puede no percatarse
de lo que ocurre lejos de él.
- El
niño deficiente visual puede traer materiales adaptados a clase. El maestro normalizará y
estimulará su uso.
- Detectar
la posible negativa y/o rechazo del alumno deficiente visual a usar
materiales especiales para no llamar la atención. Trasladar este problema
al especialista para su tratamiento.
- Incorporar
un Guía Vidente para determinadas actividades y áreas.
- En la
planificación de las actividades de tipo cultural y recreativa, advertir
la presencia del niño ciego para que el niño pueda disfrutar plenamente de
ellas. Así, autorizar a tocar
objetos en un museo, explorar con el tacto un lugar determinado (plantas,
animales, herramientas, etc.)