Casos prácticos

Laura es una
chica de 20 años con deficiencia visual que cursaba 1º de Magisterio Infantil
en nuestra aula el año pasado. Hemos de decir que contaba con todos los
recursos necesarios que requería la situación: PC hablado, sitio suficiente para
su movilidad, atención personalizada por parte del profesorado, etc. Además,
contaba con una ayudante de la ONCE que acudía cuando Laura tenía exámenes para
socorrerla en lo que necesitase. Basándonos en nuestra propia experiencia
podemos decir que, sobre todo por nuestra parte, no se le discriminaba pues
cuando realizábamos algún trabajo en clase solía venir con nuestro grupo
procurando de esta manera que su integración. A pesar de ello debemos decir que
no solía colaborar mucho y que a menudo ponía excusas para no entregar su parte
de las tareas.
A día de hoy, ya no estudia esta carrera. Hemos de decir que este hecho se debe a su decisión personal y no a su deficiencia, pues tenía todos los recursos necesarios para poder estudiar si así lo deseaba.
En
síntesis:
-Metodología utilizada: a Laura no se le hizo ninguna adaptación
curricular significativa, simplemente algunas adaptaciones de acceso al
currículum que consistían básicamente en dotaciones de recursos personales
(ayudante de la ONCE y atención personalizada del profesorado), materiales (ordenador
adaptado: PC hablado, programa “lupa”…) y en ligeras modificaciones espaciales
(disponía de un lugar amplio en el aula que favorecía su movilidad y
autonomía).
-Aspectos positivos: Por lo que sabemos, Laura llevaba una vida
bastante normal y autónoma. Un ejemplo de esta autonomía es que cogía el
autobús ella sola para venir a la universidad.
-Aspectos negativos: Laura no hacía un buen uso de los recursos (se pasaba las clases hablando por
mesenger), y en los trabajos de grupo solía “escurrir el bulto”. Ello no se debía
a su deficiencia sino a su carácter.
-Valoración personal de la experiencia: Mientras que en clase
teníamos a una chica con grandes dificultades para hablar pero que ponía todo
su empeño en hacer las cosas bien, Laura no se esforzaba mucho por hacer las
tareas y tampoco buscaba integrarse. Creemos que ello no se debía a su
deficiencia visual pues disponía de todos los medios necesarios sino a su forma
de ser.

Raúl
es licenciado en Psicología. Siempre ha estudiado en centros ordinarios a pesar
de su deficiencia, que es de nacimiento. Estudió Primaria en el C.P Mondúver de
Gandía y la ESO y el Bachillerato en el IES Ausiàs March de esa misma
localidad.
Uno
de sus ojos es de cristal, puesto que nació sin él, y en el otro solo tiene un
10% de visión. Este escaso resto de visión le ha permitido moverse desde
pequeño con total autonomía sin necesidad de bastón, perro-guía o la ayuda de
nadie. Aunque no es capaz de reconocer a alguien, sí que aprecia el contorno y
color de los objetos, lo que le permite distinguir y salvar los obstáculos con
los que se encuentra por la calle, en clase, etc.
Raúl
siempre ha hecho lo mismo que cualquier chico de su edad: estudiar, salir con
sus amigos, ir a las discotecas e incluso faltar a clase y ser la pesadilla de
más de un profesor por su mal comportamiento.
La ONCE, a la que está afiliado desde que
nació, le ha proporcionado una ayuda impagable para que pudiera estudiar en
centros ordinarios. Y es que, sobre todo en los primeros días de cada curso y
durante la época de exámenes, una persona de la ONCE venía al instituto a
hablar con todos los profesores de Raúl y a proporcionarle todo el material que
necesitara para seguir el curso con normalidad. De este modo, los profesores le
daban a esta persona una lista de todos los libros de texto y de las lecturas
que íbamos a realizar durante el curso para que Raúl lo tuviera todo adaptado a
Braille.
En
cambio, aunque tenía todo el material, nunca lo traía a clase porque decía que
aun no se lo habían dado. Era su excusa para no hacer nada en la mayoría de las
clases. Para algunas asignaturas en las que no había libro sino que teníamos
que coger apuntes (como Historia o Historia de Arte), Raúl tenía un Braille’n speak en el que tomaba apuntes
justo igual que el resto de la clase.
Solo
recuerdo haberle oído leer en voz alta un par de veces durante dos cursos
enteros, pero en ambas ocasiones todos nos quedamos impresionados por la
rapidez y exactitud con la que leía en Braille.
Cuando
llegaban los exámenes, la ONCE le prestaba una máquina especial para que
pudiera hacerlos: una máquina de escribir Perkins de la que todos huíamos por
el ruido que hacía. Lo que Raúl escribía quedaba registrado en un cartucho que
luego en la ONCE transcribían a los profesores para que estos corrigieran el
examen de Raúl.
Raúl aprobó segundo de Bachillerato en septiembre porque en los exámenes de junio hubo muchas irregularidades con los cartuchos en los que hacía los exámenes y algunos profesores se negaron a aprobarle. Por lo que sé, aprobó la PAU en septiembre y se matriculó en Psicología, carrera que ha terminado.
En síntesis:
-Metodología
utilizada: en clase Raúl no
necesitaba ninguna adaptación del currículo. Simplemente utilizaba los
materiales que le proporcionaba la ONCE (Braille’n
Speak, la máquina Perkins y los libros en Braille) para poder seguir con
normalidad las clases. Solía situarse en la primera fila para escuchar lo mejor
posible.
- Aspectos
positivos: a pesar de su ceguera casi total, Raúl sabe sacar partido al
escaso resto visual que tiene y, con las ayudas oportunas, lleva una vida
totalmente normal y autónoma.
-Aspectos
negativos: la máquina Perkins que utilizaba para realizar los exámenes era
muy molesta para el resto de la clase por el ruido.
-Valoración
personal de la experiencia: una
persona ciega puede ser igual de autónoma que una con visión y, con los medios
adecuados, puede llegar a tener una vida normal sin que su deficiencia suponga
ningún tipo de barrera.