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Vals en una nave de piedra

La vida tiene situaciones extrañas. Tan extrañas como encontrarte un viernes por la noche sumergido en una película de los años ‘30. Una de esas películas en blanco y negro en las que una hermosa cantante de jazz ameniza la velada a hombres con gabardina y sombrero y a mujeres con traje de noche.

De repente, abres los ojos y te encuentras en el Greenspace, pero la preciosa intérprete de jazz se mantiene en el centro del escenario, vestida de negro, cantando Never trust me. Esa bella mujer de voz aterciopelada no es otra que Leonor Watling, el alma del grupo Marlango.

La cantante no está sola, su banda la arropa en todo momento. Alejandro Pelayo –el también espíritu de Marlango- la acompaña a los teclados; Gonzalo Mestre, a la batería; Vicent Huma, a la guitarra; Óscar Ibarra, a la trompeta y Manuel Bagüés, al bajo.
Marlango presenta su último disco, titulado The electrical morning, ante una sala prácticamente llena. Leonor asegura que han elegido el Greenspace para hacerlo porque les divierte tocar en sitios diferentes.

Durante la noche, la banda interpreta temas como Hold me tight, Pequeño vals, Shake the moon –con las que recibieron una gran ovación- y The love song, tema con el que tanto el público como los miembros de la formación pasaron un rato divertido.

En algunos momentos del concierto, Alejandro aprovecha para criticar a las radiofórmulas. “Hold me tight es la canción de Marlango que más cerca ha estado de sonar en una radio comercial, pero no lo consiguió”. Pero, gracias a ello, el grupo no se ha rendido ante las presiones del mercado y ha podido dedicarse a componer la música que más le gusta. Poco a poco, el concierto va derivando hacia un sonido pop-rock y la banda muestra a todos los asistentes su total compenetración y que su sonido mejora en directo.

Durante el bis, Alejandro y Leonor aparecen a solas en el escenario y piden al público que elijan la canción que quieren que interpreten. La elegida es Semilla Negra, de Radio Futura, el único tema de la noche en castellano. Marlango versiona también Can't take my eyes off you, muy coreada por el público. El grupo dedica la "pequeña" canción Shinny Fish a los voluntarios de Intermón Oxfam que se encuentran en la sala.

Tras casi dos horas, en las que Marlango se muestra atento y cariñoso con los asistentes, la banda se despide aplaudiendo al público valenciano.

Y es que la vida tiene situaciones extrañas. “Tan extrañas (dice Leonor Watling) como que un montón de personas silben al unísono un vals en una nave de piedra”. Y eso sólo lo puede conseguir un grupo como Marlango.

Marilyn Borja

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Hijos pródigos



 
 
 
 
 
 
 
 
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