La III Bienal de Valencia ha tenido un presupuesto final de 2'7 millones de euros, en lugar de los 4'3 millones anunciados inicialmente. La cifra representa casi una quinta parte de lo que costó la edición anterior. El informe de 2003 de la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat Valenciana desveló que la II Bienal de Valencia había costado 14 millones de euros: 7'8 dedicados a las exposiciones y a la dirección, y 6'2 a los espectáculos. La Generalitat Valenciana, no obstante, había asegurado que el presupuesto oficial de la Bienal de 2003 era de 4,2 millones.

El drástico recorte presupuestario de este evento cultural ha conllevado la reducción de espacios expositivos e incluso la disminución de los honorarios del director de la Bienal, Luigi Settembrini. Settembrini aceptó la bajada de su salario a cambio de dirigir la próxima edición de la Bienal de Valencia en 2007, que inicialmente también iba a abordar la temática del agua.

Según la secretaria autonómica de Cultura de la Generalitat Valenciana, la popular Concha López, el recorte presupuestario de la última edición de la Bienal de Valencia se debe a que las dos anteriores bienales sirvieron para poner “a Valencia en el mundo” y que la presente edición tenía por meta “consolidar la iniciativa”. Desde la Generalitat Valenciana se ha presentado la edición de 2005 como una edición de transición de cara a la de 2007, que en principio también iba a estar dedicada al agua y que coincidirá con la celebración de la Copa del América en la capital del Turia. Además, López también aseveró, en referencia a la reducción del presupuesto, que "evidentemente, si se pasa a utilizar un sólo espacio, en este caso un lugar mágico como es el Convento del Carmen, el coste se reduce".

Sin embargo, el principal motivo de la reducción presupuestaria de la Bienal 2005 respecto a las dos citas anteriores se debe a la falta de patrocinadores privados. La ausencia de mecenas privados ha obligado al Consell ha sufragar prácticamente en su totalidad el presupuesto de la Bienal (2'7 millones de euros). La propia secretaria autonómica de Cultura lamentó que «el mundo de la esponsorización es difícil». De los tres patrocinadores privados habituales de la Bienal, sólo uno ha patrocinado la edición de 2005. Se trata de la CAM. La entidad ha subvencionado la exposición Mirando al Mar de Marusela Granell. Bancaja y Telefónica, los otros dos colaboradores habituales de la Bienal, han renunciado a patrocinar la presente edición, aunque Bancaja ha participado como colaborador. Mientras la edición anterior de la Bienal contó con más de tres millones de euros en patrocinio y el apoyo de 23 empresas, la edición de 2005 ha estado huérfana de mecenazgo por parte de la iniciativa privada. Sólo la CAM y las constructoras SECOPSA y el Grupo Juan Bautista Soler han patrocinado la edición de 2005.

En el trasfondo de todo el asunto está el hecho de que las dos anteriores ediciones de la Bienal de Valencia generaron deudas que todavía hoy están pendientes. Ni la Bienal de 2001 ni la de 2003 han pagado aún a sus acreedores. Los espectáculos de la Bienal 2003, por ejemplo, recaudaron 104.000 euros y sólo dos costaron 3'3 millones (la ópera Lisístrata de Carles Santos y la adaptación de Las comedias bárbaras de Bigas Lunas). La oposición ha criticado reiteradamente el "despilfarro" y "derroche" de la "política de escaparate" llevada a cabo por el Consorcio que gestiona la Bienal. La diputada socialista y vicesecretaria del PSPV, Isabel Escudero, ha cifrado en más de 14 millones de euros la deuda, una cantidad similar a la que apuntan fuentes de la Conselleria de Cultura.

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