Los pájaros cantaban en griego: Virginia Woolf
El 28 de marzo de 1941 puede verse cerca de las riberas del Río Ouse a una mujer de 59 años, paseando con su bastón y su
abrigo. La mujer mira al suelo. Parece buscar algo. De vez en cuando se agacha
y mete algo en sus bolsillos. Ha salido desde su casa, un lugar conocido como Monk’s House, en las afueras de Rodmell, y ha caminado atravesando un valle para llegar al
río.
Rodmell, en el distrito de Lewes,
en Sussex Este, Inglaterra, es un lugar tranquilo, de pocas casas. La palabra “ouse” tiene origen celta y significa simplemente “agua”. El
río tiene poco más de 67 kilómetros. A ratos está bordeado de valles y se torna
muy ancho, y en otros parajes se torna más angosto y está rodeado de bosques.
Al fin junto al río, la mujer examina el contenido de sus bolsillos. Piedras.
Grandes y pequeñas. Repletos los bolsillos de ellas. Con su bastón tantea
caminar hacia el borde lodoso del agua. Siembra el bastón en la orilla, en el
lodo. Y sigue caminando hacia adentro, hacia el agua, hacia la parte más
profunda del Ouse. Siente el frío en sus pies, en sus
pantorrillas. Se alegra al notar que el llenar sus bolsillos de piedras está
funcionando. No le pasará como hace pocas semanas, que se metió al río pero
salió flotando. Salió mojada y sucia del agua y al regresar a casa tuvo que
mentirle a Leonard y decirle que se había caído.
Ahora no habría mentiras. No flotaría. Ahora sería definitivo.
El cuarto intento de suicidio en la vida de Virginia Woolf resultaría
exitoso. Ya en 1904, Virginia Adeline Stephen se
tiraría desde una ventana como resultado de una profunda crisis depresiva que
podría rastrearse en sus antecedentes familiares. Su padre, Leslie Stephen,
sufrió de ataques depresivos constantes que se vieron intensificados cuando
murió su primera esposa. Luego se casó con Julia Prinsep,
también viuda, y al hogar se integrarían los hijos del primer matrimonio de
ambos. La pareja Stephen tendría 4 hijos, entre ellos Virginia y Vanessa Bell.
Cuando Julia muere de una gripe en 1894 dejó a la familia entera sumida en caos
y desconsuelo. También morirían luego dos de los hermanos de Virginia, Stella y
Thoby. Laura, hija del primer matrimonio del padre de
Virginia, sería declarada enferma mental y metida en un hospital psiquiátrico
donde permaneció hasta su muerte en 1945.
En 1904, su padre entraría en agonía y fallecería debido a un cáncer. Alrededor
de esos días, George y Gerald Duckworth, hermanastros
de Virginia, comenzarían a molestarla sexualmente, o por lo menos así lo registran
sus diarios, aunque se cree que esos acosos comenzaron desde que ella tenía 6
años. Su primera crisis nerviosa se dio cuando apenas tenía 13. Un segundo
ataque lo tendría a los 15. Para la tercera, Virginia se lanzaría desde una
ventana y se recomendó su internación, que duraría 4 meses, en una casa de
reposo en Twickenham.
Tendría sucesivas crisis entre 1910 y 1912, con períodos de internamiento en
clínicas. Parte de las nuevas crisis serían causadas por la presión de Leonard
Woolf para casarse con ella. Virginia no estaba precisamente enamorada de él,
pero Leonard se mostró tan insistente que finalmente ella aceptó. El matrimonio
no la salvaría de las depresiones, al punto que sus médicos le recomendaron a
los recién casados que lo mejor sería no tener hijos.
En 1913, luego de una crisis que duró casi todo el año, Virginia decide tomar
100 gramos de Veronal, una dosis que hubiera
resultado fatal si no hubiera sido por la presencia accidental del doctor
Geoffrey Keynes, quien logra salvarla.
Los períodos de crisis se miran alternados con momentos de relativa
tranquilidad en los que Virginia Woolf se dedica por completo a leer y
escribir. A pesar de ello, los períodos de calma están marcados por la pérdida
del apetito, amenorrea, jaquecas e insomnio. También escucha a los pájaros
cantar en griego, urgiéndola a hacer locuras, y percibe al rey Eduardo VII
espiando entre las azaleas, usando “el lenguaje más procaz del mundo”, según
anotaría en su diario.
A pesar de la aparente frialdad en el matrimonio Woolf, llegaron a crear un
vínculo afectivo y laboral profundo. Juntos fundaron la editorial Hogarth Press, donde no sólo se
publicó gran parte de los libros de Virginia, sino también de autores como T.S.
Elliot, Katherine Mansfield y hasta Sigmund Freud.
Su participación en el círculo de Bloomsbury,
iniciado originalmente por su fallecido hermano Thoby,
significó además el rompimiento con la tradición conservadora de la época, no
sólo en cuanto a lo literario, sino también en cuanto a conductas. El grupo
suponía costumbres sexuales algo más relajadas, las cuales permitieron que
Virginia explorara relaciones lesbianas, sobre todo con Vita Sackville West, para quien fue escrita la novela Orlando. Sin embargo, la versión original, una ofrenda amorosa a Sackville, no fue la versión publicada, que tuvo que sufrir
la auto-censura de la misma Virginia, por temor a ser perseguida policialmente
al narrar escenas de amor homosexual.
Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, los Woolf ya están viviendo en Monk’s House. En 1940 se enteran
que su casa en Londres ha sido destruida en un bombardeo. El origen judío de
Leonard hace temer a los Woolf sobre su destino. Ambos acuerdan un pacto
suicida en caso de que los nazis invadieran Inglaterra.
A pesar de los sobresaltos de la guerra y de la frágil condición mental de su
esposa, si había algo que Leonard admiraba en ella era su capacidad de trabajo
cuando estaba lo suficientemente lúcida como para escribir. “Nunca he conocido
a nadie que trabaje de forma más intensa, infatigable y concentrada. Esto era
particularmente cierto cuando estaba escribiendo una novela. La novela se
convertía en parte de Virginia y su obra la absorbía por completo”, escribiría
Leonard Woolf en su autobiografía.
Los que la conocieron la describirían de manera compleja y contradictoria:
Tímida, retraída, hipersensible a la crítica, cariñosa con los niños, con poco
sentido práctico, excéntrica, conversadora brillante, juguetona, dada a las
bromas, chismosa, socarrona para referirse a conocidos, indiscreta, irreverente,
maldiciente, ingeniosa, liberal, sexualmente ambigua, seductora y apegada con
pasión a Leonard.
Acaso el tener que hacer malabares entre tantas facetas contradictorias de su
mismo carácter no haya sido más que una búsqueda constante de sí misma, la
persecución y el anhelo de una paz interior que no encontraría, el intento de
huir de unos “diablos negros y peludos”, como ella misma los describiera, y
cuyas voces le hablarían sin cesar, una y otra vez.
Para ahogar sus voces, es que era necesaria el agua.
El 18 de abril de 1941, 21 días después de que Virginia Woolf se ahogó en
el Río Ouse, su cuerpo fue encontrado por un par de
niños. Virginia fue incinerada y sus cenizas fueron enterradas bajo uno de los
2 olmos en Monk’s House.
Antes de partir aquel día de marzo, Virginia Woolf dejó atrás dos cartas,
escritas con letra temblorosa. Una para su hermana Vanessa Bell y otra para su
esposo Leonard. Ésta última decía:
Querido:
Estoy segura de que me vuelvo loca de nuevo. Creo que no puedo pasar por otra
de esas espantosas temporadas. Esta vez no voy a recuperarme. Empiezo a oír
voces y no puedo concentrarme. Así que estoy haciendo lo que me parece mejor.
Me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todos los aspectos todo lo
que se puede ser. No creo que dos personas puedan haber sido más felices hasta
que esta terrible enfermedad apareció. No puedo luchar más. Sé que estoy
destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y sé que lo harás. Verás que
ni siquiera puedo escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero
decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente
conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte que… Todo el mundo lo sabe. Si
alguien pudiera haberme salvado, habrías sido tú. No me queda nada excepto la
certeza de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo. No
creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que lo hemos sido
nosotros.
V.
Información sacada de: http://www.filmica.com/jacintaescudos/archivos/007350.html
©http://www.filmica.com/jacintaescudos/archivos/007350.html
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