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Mi nueva propuesta cinéfila es una de las grandes obras del fantástico y prolífico director sueco Ignmar Bergman: “Fresas salvajes”. En ella se dan cita la mayoría de puntos temáticos presentes en su obra, como la angustia vital, la muerte, el pecado o la condición humana.
El film está protagonizado por Victor Sjöström, afamado director, también sueco, quien posee filmografía en Suecia (“La carreta fantasma”) y también en Hollywood, donde marchó tras su gran éxito, cambiándose el nombre por el de “Seastrom”. Aquí lo vemos interpretando magistralmente al personaje principal, Isak Borg, ya en edad madura, por petición expresa de Bergman, que quería rendirle un homenaje.
La película, del año 1957 y todavía en blanco y negro, narra el viaje de Isak Borg, importante profesor, desde desde Estocolmo hacia Lund, donde acude a recoger el premio “honoris causa” de su universidad. Tras un inquietante sueño que tiene la noche anterior en el cual se ve a sí mismo dentro de un ataúd, decide hacer el viaje en coche y no en tren, como tenía pensado. Este sueño es uno de los momentos más logrados de la película, y también de los más conocidos, pues Bergman consigue crear una atmósfera casi blanca y en ocasiones expresionista realmente perturbadora. Aquí puedes ver el sueño de Isak (en inglés).
En el viaje le acompañará su nuera, que se ha marchado de casa de su hijo por una discusión. Durante el trayecto, la pareja mantiene una conversación cargada de reproches y confesiones, muy cruel, aunque siempre en un tono pausado, sosegado, incluso cariñoso en ocasiones. Se trata de una técnica muy utilizada por Bergman, algo así como “llevarlo todo al límite”, aunque eso suponga crear situaciones realmente incómodas y crueles.
En un momento dado, suegro y nuera hacen un alto en el camino para descansar y de paso visitar la casa en la que Isak pasaba sus vacaciones de niño. En este momento se introduce un elemento muy novedoso: sin previo aviso observamos un flashback en el que el mismo Isak se encuentra inmerso, y en el que observa situaciones vividas durante su niñez en esa misma casa, y rememora su primer amor.
Tras esto el viaje se renueva y la acción continúa. La película no solo retrata el viaje físico de Isak, sino también un viaje interior, marcado por la soledad, y en el cual se reencuentra consigo mismo y se replantea su propia existencia.
Se trata de una película idónea para descubrir a este prolífico autor, que no solo trabajó para el cine, sino también para el teatro y la televisión, llegando a realizar incluso anuncios para este medio. Según el mismo afirma, el teatro es para él “la esposa fiel”, mientras que el cine es “la amante cara”. Su obra, que sigue procedimientos expresionistas e incluso vanguardistas, bebe de directores como Dreyer o el propio Sjöström, además de otros intelectuales como Schopenhauer, Kafka o Kierkegaard.
No te la puedes perder, así que no dudes en alquilarla o adquirirla. No te defraudará, y seguro que te anima a seguir descubriendo más cosas sobre el gran Bergman.