Nació en 1895 en Ginebra y murió en 1975 en Sainte Camille de Bry sur Marne, cerca de París.

Ejerció multitud de oficios hasta unirse a la compañía teatral de los Pitoëff en Ginebra, con quienes se trasladó a París en 1918.

En 1923 comenzó su carrera cinematográfica, en la que se abrió paso gracias a su gran expresividad dramática y a sus estupendas caracterizaciones de hombre rudo y bonachón.

Trabajó a las órdenes de directores como Renoir, Dreyer, Duvivier o Guitry, interviniendo en películas como "La Passion de Jeanne d'Arc" ("La pasión de Juana de Arco" 1927-28), "L'Atalante" (1934), "Quai des brumes" (1938), "Au bonheur des dames" (1942), "Le train" ("El tren", 1964) o "Les aristocloches" (1969).