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Sólo a un tercio de los españoles les gusta cocinar y menos de un cuarto de la población tiene tiempo suficiente para prepararse una buena comida. En España hay menos tiempo para este placer que en países como Francia, Alemania e Italia.
Así que no es ninguna sorpresa que los especialistas en marketing celebren el gran auge de la llamada cocina fácil o cocina preparada, que en su terminología se llama convenience food (comida cómoda).
El consumo de este tipo de productos aumentó casi un 60% en los últimos seis años. Sólo en 2006 se consumieron 441 millones de kilos de estos platos, y el consumo de las legumbres y el arroz retrocede a pasos agigantados.
La clave de este tipo de comida está en el precio asequible, la facilidad de preparación y el hecho de que los consumidores lo consideren una solución para cumplir con los horarios de trabajo e incluso para variar y mejorar la dieta diaria.
Ahora desde los supermercados se nos promete una nueva colección de comida precocinada a base de recetas muy tradicionales. Además para los sibaritas modernos con conciencia por lo saludable, se ha cread toda una gama de “comida bío” y “de gourmet”.
Sin embargo, estos platos contienen una alta aportación de aditivos: grasas escondidas, azúcares refinados, edulcorantes, conservantes, aromas, espesantes, colorantes, sales y un largo etcétera. Muchos expertos en alimentación ya tienen claro que si consumimos demasiada comida preparada se puede sufrir de escasez de nutrientes esenciales. La consecuencia es una falta de vitaminas, minerales y oligoelementos aunque se consuman productos enriquecidos con vitaminas, omega-3 y fibra.
Por estas razones, desde aquí vamos a ayudaros para que comáis de forma muy sana ofreciéndoos una serie de recetas que además de ser muy rápidas de elaborar van a hacer que apreciéis la cocina como lo que es: un arte y todo un placer.