|
¿Qué sabemos de las relaciones
entre el matemático de Oxford y su ilustre majestad? Muy poca cosa.
Sabemos que el hijo de la reina, el príncipe Bertie, fue alumno de
Carroll en el Christ Church College de Oxford. Sabemos que Carroll intentó
(sin conseguirlo) que la reina Victoria posara para él (era un apasionado
de la fotografía) en una de sus visitas a Oxford. Cruzó con ella algunas
palabras, que, debido a la timidez de Carroll (y a su tartamudez), no
pasaron de ser trivialidades. Sabemos que, cuando se publicó Alicia, la
reina se deleitó con su lectura y que le envió una nota a Carroll diciéndole
que «no dejara de rnandarle su próxima obra». Y cuentan las malas
lenguas que el matemático así lo hizo..., ¡sólo que la próxima obra
llevaba por título Tratado elemental sobre determinantes! Y aquí
acaban las poquísimas noticias que tenemos de las relaciones que el
ilustre matemático sostuvo con su egregia majestad. Victoria
y Alicia
Conservamos también el recuerdo del día en el que Victoria aún niña,
supo, después de una larga lección de historia inglesa, que iba a ser
reina. Parece que la niña contestó con aplomo: “¡Seré una buena
reina!” También Alicia, en la segunda parte de sus
aventuras, se entera de que convertirse en reina “al llegar a la octava
casilla”. Dos niñas,Victoria y Alicia, educadas según los más rígidos
principios de la época, aplicadas, sensibles y “buenas”, conocen a
temprana edad su real destino. El
18 de junio de 1837 moría el rey Guillermo, dejando el trono a su sobrina
Victoria, que acababa de cumplir los 18
años. Victoria, la joven reina, no se limita a reinar, sino que
pretende también gobernar, apoyándose para ello en lord Melbourne,
cabeza de fila de los whigs , el partido liberal que en aquellos
momentos ostentaba el poder. Este excesivo acercamiento de la reina al
partido liberal le granjea la enemistad
de los conservadores, de manera que, cuando los whigs caen en
desgracia, arrastran en su caída a la misma reina. La
reina se hubiera visto en una situación muy comprometida de no haber sido
por la llegada, en 1840, de su primo, el príncipe Alberto de
Inglaterra. La boda de Alberto y V supone una estabilización de la
monarquía, situándola por encima de las luchas partidistas de
conservadores y liberales. «Victoria
era el ápice viviente de una nueva era de las generaciones humanas
... Los últimos vestigios del siglo XVIII habían
desaparecido...., el cinismo y la sutileza habían en desgracia..., el
deber, el trabajo, la moral y las virtudes domésticas triunfaban sobre
ellas... La era de Victoria estaba en marcha. Los nuevos descubrimientos científicos
(Charles Darwin),la exploración de Africa (Livingstone y Stanley), la
conquista de la India,la revolución industrial eran las características
más sobresalientes de esta nueva era. El príncipe Alberto tuvo la idea
de conjugarlas todas en una, organizando una Exposición Universal, que se
inauguró en Londres en el año 1851. «El 1 de mayo de 1851 --escribe la
propia reina- ha sido el día más grande de nuestra historia, el más
grande, inmenso y conmovedor espectáculo que se ha visto jamás, y el
triunfo de mi amado Alberto... Su nombre quedará inmortalizado en esta
gran idea suya.» El Palacio de Cristal que se erigió en el Hyde Park de
Londres era la muestra más palpable del poderío inglés sobre la tierra,
de sus conquistas y descubrimientos, de su revolución tecnológica y
científica, de su espíritu pragmático y emprendedor. La
muerte de Alberto en 1861 supuso un duro golpe para Victoria. La reina se
vistió de negro y se encerró en su intimidad, recibiendo sólo las
visitas de “su” ministro para despachar con él asuntos de estado. Si
alguna vez ofrecía una cena para sus huéspedes, solía interrumpirlos de
forma cortante: “Esto no es de nuestro agrado”. Eran los años en que
un joven don de Oxford, profesor de matemáticas, escribía cuentos
para entretener a sus jóvenes amigas. ¿Acaso no hay un trasunto de
aquella negra y adusta Victoria en las páginas de Alicia? ¿No les
cortaba Victoria la palabra a sus huéspedes con la misma facilidad con
que la «reina de corazones» les cortaba la cabeza?
A
partir de aquel momento, 1874, se produce la encumbración definitiva de
Victoria. Disraeli la llama “the Faerie Queen” (“la reina hada”),
tomando el título de la obra de Spencer, y dos años más tarde, en 1877,
la proclama “emperatriz de la India”. En 1887 se celebra el cincuenta
aniversario de la coronación de Victoria en medio de un ambiente apoteósico:
“Un ambiente sin igual de triunfo y adoración envolvió el último período
de la vida de Victoria -escribe su biógrafo Lytton Strachey-. En la
imaginación de sus súbditos, Victoria se cernía allá en lo alto, en
las regiones de la divinidad a través de un halo de inmaculada gloria.”
En el momento de su muerte,
acaecida en el año 1901, vivían nada menos que treinta y siete bisnietos
de esta extraordinaria mujer. COPYRIGHT ©
Ed. Castellana: Ediciones Generales Anaya,S.A., Madrid,1984 SI TE INTERESA ... http://landow.stg.brown.edu/victorian/victov.html Visita esta página si quieres saber absolutamente todo sobre la era victoriana y su relación con la literatura inglesa. Muy muy interesante, pero está en inglés. http://landow.stg.brown.edu/victorian/carroll/carrollov.html Visita esta página si quieres ver uno de los más completos análisis que existen sobre Lewis Carroll y Alicia en el país de las maravillas ,dentro o fuera de Internet. En inglés. |