TEMA 7: EL ADVERBIO.

7.1 Concepto.

El adverbio es una clase de palabras muy discutida en la gramática actual y, posiblemente, la peor definida. En esta categoría se engloban elementos formalmente muy distintos y que pueden desempeñar funciones muy diferentes. Se consideran adverbios unidades de origen adjetivo (buenamente), elementos con valor pronominal, íntimamente emparentados con los pronombres (aquí, allí, ahí tienen un claro parentesco con los demostrativos éste, ése, aquél; la mayor parte de los pronombres cuantitativos puede funcionar como adverbios), categorías que tienen un funcionamiento semejante al de los sustantivos (son capaces de llevar complementaciones adjetivas: hoy viernes; hoy que es viernes).

Las definiciones hasta ahora propuestas no son satisfactorias porque, aunque son válidas en lo fundamental, no abarcan todos los casos. La gramática tradicional definía el adverbio como “la parte invariable de la oración que sirve para calificar o determinar la significación del verbo o la del adjetivo, y a veces, la de otro adverbio”. Se le considera en todo caso como un modificador de otros elementos, siempre dependiendo de ellos. Desempeña, pues, una función terciaria. No se tiene en cuenta, en esta definición, que el adverbio puede ser núcleo de un sintagma, un elemento periférico que afecta a toda la oración o, incluso, un elemento autónomo, como , sin que depende sintácticamente de otro elemento.

Ciertos adverbios admiten en sus terminaciones variación de grado y derivación apreciativa, sobre todo diminutiva: lejitos, lejísimos.

Alarcos identificó el adverbio como aquel signo mínimo que cumple, sin la adjunción de índices funcionales, la función de aditamento.  Esta definición de carácter funcional no tiene en cuenta las características formales, como la inexistencia de flexión, además de supone que la única función que puede tener un adverbio es la de aditamentos o complemento circunstancial, olvidando que el adverbio puede desempeñar otras funciones como la de atributo en una construcción con verbo copulativo o núcleo de un sintagma equivalente a un SN. Además, la consideración del aditamento como elemento cuya presencia o ausencia no afecta al funcionamiento de los elementos básicos de la oración plantea el problema de aquellos adverbios que son fundamentales y necesarios en la oración en la que aparecen, por ir exigidos por el verbo, de manera que si se elimina el adverbio, resulta una oración mal formada:

Aquella mujer olía divinamente.

Aquella mujer olía.

 

7.2 Forma

7.2.1. CARENCIA DE FLEXIÓN.

La principal característica formal del adverbio en su carencia de morfemas flexivos. No tiene ni morfemas nominales ni morfemas verbales; por lo tanto  no establece nunca relaciones de concordancia con ningún otro elemento del enunciado en el que aparece. La variación flexiva, precisamente, es lo que permite distinguir entre adverbios de base adjetiva y adjetivos predicativos.

Una excepción es el caso del adverbio todo: algunos de sus usos, completando a un adjetivo, son claramente adverbiales y, sin embargo, esta forma no pierde su flexión. Todo sigue concordando, junto con el adjetivo al que acompaña, con el sustantivo al que se refiere.

Estos usos son tradicionales en español y están testimoniados en textos de todas las épocas. Bassols cree que tiene sus orígenes en usos latinos (tota pulchra es Maria)

Pero el uso adverbial de este pronombre no anula la regla general. Aparte de este uso de todo, el adverbio no tiene flexión.

 

7.2.2. DERIVACIÓN.

El adverbio es susceptible de admitir derivación apreciativa, sobre todo diminutiva. Éste es un rasgo netamente nominal, que demuestra la estrecha vinculación formal que existe entre el adverbio y los adjetivos. La utilización de los adverbios en forma diminutiva es más frecuente en América, sobre todo en México, que en España.

No todos los adverbios admiten esta derivación. Los que más fácilmente aparecen en forma diminutiva (aparte de los adjetivos adverbializados) son cerca, lejos, arriba, debajo etc…

 

7.2.3 GRADACIÓN.

También puede admitir el adverbio, como los adjetivos, variación de grado. Tampoco todos los adverbios pueden indicar grado. Lo podrán tener aquellos cuya significación admite gradación, porque, por ejemplo, hay muchos tipos o grados de cercanía (más cerca, menos cerca, muy cerca…) mientras que es lógico que adverbios como donde, ahora, siempre o mientras no acepten el grado, porque su significado no admite un más o un menos.

Admiten grado, pues, además de los adverbios de base adjetiva, tanto los acabados en                 -mente (delicadísimamente, más delicadamente), como los adjetivos adverbializados (lo dijeron muy claro) adverbios como pronto, tarde, deprisa, despacio etc., o pronombres adverbializados como mucho, poco, tanto (sólo en forma superlativa).

Los sustantivos bien y mal pueden adverbializarse. Cuando tienen esta función admiten gradación, adoptando las mismas formas que los adjetivos bueno y malo.

El uso adverbial de óptimo y pésimo resulta tan libresco y afectado que prácticamente es desconocido en el lenguaje conversacional.

 

7.2.4 CLASES DE ADVERBIOS, SEGÚN SU ORIGEN.

a) Adverbios primitivos. Procedentes de adverbios latinos. En español son siempre adverbios: sí, no, siempre, nunca, donde, cuando etc.

b) Adverbios de procedencia adjetiva.

        1. Adverbios derivados de adjetivos:

               a) Por medio del sufijo en –mente. La mayor parte de los adjetivos se convierten en adverbios cuando a su forma femenina singular se le añade el sufijo              –mente: buenamente, delicadamente. Cuando van dos o más coordinados, los primeros tiene forma adjetiva femenina singular y sólo el último tiene forma adverbial plena con el sufijo –mente: lisa y llanamente.

             b) Otros medios derivados de adjetivos: tampoco (tan poco).

       2. Adjetivos adverbializados: Muchos adjetivos, en forma masculina singular, se emplean como adverbios, sin necesidad de realizar ninguna modificación formal:  hablar alto, trabajar duro..

      3. Locuciones adverbiales de base adjetiva: de nuevo, por las buenas etc. Llama la atención la abundancia de formas femeninas plurales.

 

c) Adverbios de origen sustantivo.

    1. Sustantivos adverbializados: en la lengua no son muy numerosos (bien, mal); pero en el discurso es muy frecuente emplear sustantivos, ocasionalmente, con valor adverbial: pasarlo bomba. Es especialmente frecuente en el lenguaje coloquial.

    2. Adverbios derivados de sustantivos:  la mayor parte de estos adverbios no son percibidos por los hablantes como derivados de sustantivos: deprisa (de prisa), encima (en cima), enfrente (en frente) ahora (hac hora), también (tan bien) etc.

  3. Locuciones adverbiales de base sustantiva: de pena, de maravilla, por suerte…

 

d) Adverbios de origen pronominal. Muchos pronombres, sobre todo los cuantitativos, en forma masculina singular, pueden convertirse en adverbios: mucho, poco, bastante, demasiado…

 

e) Adverbios de otros orígenes. Algunos adverbios proceden de locuciones de base verbal: quizá o quizás, por supuesto, de suponer, etc.

 

7.3 FUNCIÓN.

7.3.1 FUNCIÓN TERCIARIA:

Puede desempeñar diversas funciones. La que realmente es propia de esta clase de palabras y la distingue del resto es la función terciaria; hasta tal punto, que función terciaria y función adverbial pueden considerarse sinónimos. El adverbio es un modificador de modificadores.

Esta función terciaria engloba a su vez varias funciones:

1.      El adverbio como modificador de un verbo: Desempeña la función de complemento circunstancial. Sin embargo, esta función no es monolítica, sino que presenta diferencias sustanciales que es necesario precisar.

Alarcos ya distinguió dos tipos de aditamentos:

a)      El atributo oracional es un complemento periférico que complementa a la oración completa, y no al núcleo verbal. Equivale, desde el punto de vista semántico, a una construcción atributiva:

Las fiestas terminaron, felizmente. à Es una suerte que las fiestas terminaran.

Otros gramáticos, para evitar confusiones terminológicas, prefieren llamarlo modificador oracional, complemento periférico, complemento de oración, etc.

Los adverbios que desempeñan esta función van separados tonalmente del resto de la oración, como si se tratara de un paréntesis.

 

b)      El aditamento propiamente dicho es un complemento circunstancial, que incide directamente sobre la base verbal: las fiestas terminaros felizmente. Tiene una única unidad de entonación junto con el verbo. También se debe establecer una diferencia entre:

a)      Aquellos adverbios que vienen exigidos por un verbo de manera que si se suprime el adverbio resulta una oración incompleta o mal formada (el adverbio es un argumento sintáctico, es un elemento subcategorizado).

María se hospeda aquí

 

María se hospeda

 

b)      aquellos adverbios que no vienen exigidos por un verbo. Su ausencia no produce un enunciado mal formado:

Ahora hace mucho frío.

Hace mucho frío.

El que un adverbio venga exigido por un verbo depende del verbo, y no del adverbio; por lo que no tiene sentido establecer una clasificación del adverbio, según este rasgo.

 

2.      El adverbio, como modificador de un adjetivo. Los adverbios de cantidad de adyacentes antepuestos a un adjetivo. Son los elementos que indican los matices en la gradación del adjetivo: muy complejo, bastante complejo, demasiado complejo.

También puede modificar a un adjetivo aquellos adverbios de modo terminados en –mente que matizan la significación del adjetivo: estúpidamente atrevido, deliciosamente amable.

3.      El adverbio, como modificador de otro adverbio: son los adverbios de cantidad los únicos que pueden desempeñar la función de adyacentes antepuestos a otro adverbio. Como en el caso de los adjetivos, estos adverbios ven modificada, por este procedimiento, su significación de grado. Sólo los adverbios que admiten grado podrán tener un adyacente adverbial antepuesto: muy lejos, demasiado tarde, bastante bien…

 

7.3.2  OTRAS FUNCIONES:

a) Atributo: Comparte esta función con sustantivos y adjetivos. El adverbio desempeña la función de atributo cuando el verbo de la oración en la que se halla es copulativo, es decir, está gramaticalizado, carece de contenido léxico y sólo aporta valores morfemáticos: Ayer era demasiado pronto. La abuela está estupendamente.

Cuando los verbos ser y estar son verbos predicativos, los adverbios que los modifiquen tendrán la función terciaria que les es propia:

 La facultad está allí (la facultad se encuentra allí; la facultad lo está).

 

b) Funciones propias de un sustantivo:

1. Pueden desempeñar la función de sujeto de una construcción atributiva: hoy es martes.

2. Pueden ser término de preposición, completando tanto a un verbo como a un sustantivo o a otro adverbio:

a) Adverbio término de preposición, como complemento de un verbo. El sintagma formado por la preposición más el adverbio se comporta como un complemento circunstancial: lo guardo para después.

El contenido semántico del complemento circunstancial está condicionado por los valores que aporten tanto la preposición cono el adverbio: Me voy de aquí.

En estas construcciones el adverbio equivale a un sustantivo: Estoy en casa/ Estoy aquí.

b) Adverbio, término de preposición, como complemento de un sustantivo: cumple, en este caso, una función equivalente a la de CN. El sintagma formado por preposición más adverbio tiene una función adjetiva, secundaria: El vecino de arriba.

c) Adverbio término de preposición, completando a otro adverbio: Yo estaba lejos de allí.

Equivale a un elemento con función nominal: Yo estaba lejos de París.

Sintagmas temporales del tipo antes de ayer, antes de anoche se han lexicalizado. Hoy se considera que son una sola palabra.

 

3. Pueden completar a un sustantivo de forma asindética, es decir, sin nexo alguno: calle arriba, río abajo.

Desde hace un tiempo, se está extendiendo en el lenguaje periodístico, y como consecuencia de ello, en el conversacional, la expresión el día después, en lugar de el día siguiente (probablemente debido al título de la película del mismo nombre, traducción incorrecta del inglés The day after).

Algunos adverbios sólo pueden ir complementando a un sustantivo de manera asindética, si están en grado comparativo: la casa estaba un kilómetro lejosà la casa estaba un kilómetro más lejos.

 

7.3.3 EL ADVERBIO, NÚCLEO DEL SINTAGMA.

Algunos adverbios, que desempeñan las funciones que se acaban de enumerar, pueden ser, al mismo tiempo, núcleos del sintagma, capaces de subordinar otros elementos.

 Cerca de mi casa/ Vivo lejos de aquí/ Sucedió antes de la revolución.

Estos adverbios son núcleos de un sintagma que tiene la misma función sintáctica que el adverbio. No se trata, por tanto, de una nueva función del adverbio. Tan sólo es la constatación de que el adverbio tiene capacidad para ser núcleo de un sintagma.

7.3.4. SÍ.

El adverbio de afirmación tiene un modo de comportarse muy original, ya que, al considerarse cualquier oración como afirmativa, si expresamente no se indica lo contrario, su presencia es superflua. Cuando aparece es una redundancia y funciona como un elemento independiente, separado entonativamente del predicado (si lo hay) por una pausa:

¿Quieres? –Sí, quiero.

En cambio,

¿Quieres? –No quiero.

 

7.3.5 EL ADVERBIO EN FUNCIÓN INCIDENTAL:

Puede definirse siguiendo a José A. Martínez (1994a:275), como la de aquellas “unidades que no son autónomas pero que a la vez no se integran en la jerarquía de las funciones de la oración (ni en las oracionales ni en las sub-oracionales), por lo que entran en contraste con la propia oración; sobre la base de este contraste es como surgen –de acuerdo  con el significado de cada una de las partes- las distintas significaciones relacionales de ‘casualidad’, ‘condicionalidad’, ‘concesión’.

Son elementos importantes para la cohesión textual, ya que afectan a toda la oración y la ponen en relación con elementos externos a ella.

Los adverbios y locuciones adverbiales en función incidental son: además, asimismo, sin embargo, no obstante, etc. Pueden funcionar como incidentales: aparte, también, entonces, etc.

 

7.4 Significación.

7.4.1. SIGNIFICADO CIRCUNSTANCIAL:

El valor semántico del adverbio es, fundamentalmente, un valor circunstancial, lo que no significa necesariamente que éste tenga que ser marginal. Un adverbio puede ser un elemento marginal o un elemento central, tanto semántica como sintácticamente, según el contexto en el que aparezca.

 

7.4.2  CLASES DE ADVERBIOS, SEGÚN SU SIGNIFICACIÓN.

  1. Adverbios pronominales: (también llamados adverbios determinativos o proadverbios). Tienen, como los pronombres, una significación ocasional que vendrá determinada por el contexto o la situación. Pertenecen a este grupo los adverbios que no son de base adjetiva o nominal, es decir:

a) Los adverbios de procedencia pronominal: mucho, poco, bastante, demasiado, más, menos…

b) Los adverbios deícticos: aquí, allí, ahí, allá, acá, etc.

c) Los adverbios que adquieren su valor significativo gracias a la situación o al contexto en el que aparecen: hoy, ahora, ayer, enfrente, etc.

 

2. Adverbios sinsemánticos: (llamados también adverbios de base léxica). Su significación viene indicada por el lexema nominal que está en su base: bien, mal, delicadamente, alto, fuerte, etc. Tienen en sí mismos el significado que aportan al enunciado del que forman parte, etc.

 

7.4.3 CLASIFICACIÓN TRADICIONAL.

1. Adverbios de lugar: aquí, acá, ahí, allí, cerca, lejos, dentro, fuera, arriba, debajo, etc.

2. Adverbios de tiempo: hoy, ayer, mañana, ahora, antes, después, nunca, jamás, cuando, etc.

3. Adverbios de cantidad: más, menos, poco, bastante, mucho, algo, apenas, etc.

4. Adverbios de afirmación, negación y duda: no, sí, quizá, quizás, también, incluso, jamás, tampoco, acaso, tal vez, etc.

 

7.4.4 OBSERVACIONES A LOS PARADIGMAS ADVERBIALES.

1. Los adverbios de lugar, de tiempo, de modo, de cantidad y de afirmación-negación y duda, constituyen paradigmas diferentes, por lo que pueden aparecer perfectamente, en relación sintagmática, completando al mismo núcleo verbal:

Juan no trabaja mucho aquí ahora.

2. Pero, aun dentro de estos tipos de adverbios, existen paradigmas diferentes. Un mismo núcleo verbal puede estar modificado por los adverbios de lugar, de tiempo, etc., siempre que no pertenezcan al mismo paradigma. La relación entre estos adverbios, aunque sean del mismo tipo, es de contraste por pertenecer a paradigmas distintos:

Juan trabaja aquí cerca.

3. Los adverbios de negación se comportan en español de una manera peculiar, ya que de dos negaciones niegan y no se anulan la una a la otra, como suele suceder en otras lenguas.

El español tiene una regla sintagmática por la que si nunca, nadie o nada siguen al verbo al que completan, exigen la presencia del adverbio no ante el verbo; cosa que no ocurre cuando preceden al verbo:

No he hablado con nadie

Pero:

Con nadie he hablado.

Cuando nada modifica a un adjetivo, exige siempre la presencia de no:

No es nada feo. / No está nada mal.

En las construcciones en las que se niega el contenido de un adverbio que completa a un verbo o a un adjetivo, la negación precede al verbo y no al adverbio al que modifica.

Mis vecinos no viven cómodamente.

4.      Con frecuencia, son los adverbios los que condicionan la significación temporal, modal o aspectual de un verbo en un enunciado, y no las marcas flexivas que éste presenta:   Mañana voy a Alicante.

La significación fuera de este enunciado procede del adverbio mañana y no de la flexión del verbo.

 

5.      Algunos adverbios de afirmación y de negación se comportan aparentemente como si fueran preposiciones, por lo que, con frecuencia, se los ha tomado por tales, pero su función no es preposicional, sino adverbial.

 

Aun dentro de este tipo de máquinas existen diferencias.

Incluso dentro de este tipo de máquinas existen diferencias.

Hasta dentro de este tipo de máquinas existen diferencias.

 

Son elementos adverbiales que enfatizan lo que se afirma. Su función no es preposicional, pues no son índices de subordinación. Los enunciados tienen el mismo valor sin ellos:  Dentro de este tipo de máquinas existen diferencias.

 

7.4.5 PROPUESTA DE UNA NUEVA CLASIFICACIÓN DE LOS ADVERBIOS.

            1. Adverbios de lugar.

a) Adverbios demostrativos: aquí, allá, ahí, allí, acá.

b) Adverbios de situación locativa: cerca, lejos, arriba, debajo, dentro, fuera, delante, detrás, alrededor, encima.

c) Adverbios relativos: dónde, donde.

 

2. Adverbios de tiempo:

a) Adverbios de identificación u orientación temporal: hoy, mañana, ayer,      anteayer,  pasado mañana, anoche, anteanoche, entonces, ahora, siempre, nunca.

            b) Adverbios de matiz temporal: ya, aún, todavía.

            c) Adverbios de situación temporal: pronto, tarde, temprano.

            d) Adverbios de orientación temporal: antes, después.

            e) Adverbios relativos: cuando, cuándo.

 

3 Adverbios de modo.

a)      Adverbios de modo: así, bien, mal, regular, peor, mejor, deprisa, despacio, más los acabados en –mente.

b)      Adverbios relativos: como, cómo.

 

4. Adverbios de cantidad:

Adverbios indicadores de cantidad o de grado: más, menos, poco, bastante, mucho (muy) demasiado, algo, apenas, bien, etc. Por su valor, son capaces de modificar a cualquier otro adverbio susceptible de indicar grado. Que en el mismo enunciado puedan aparecer dos adverbios de cantidad no impide que puedan pertenecer al mismo paradigma, porque modifican a elementos distintos.

 

5. Adverbios de afirmación, negación y duda.

a) Adverbios de afirmación y negación: sí, también, no, nunca, jamás, tampoco.

b) Adverbios de duda: acaso, quizá, tal vez.

 

 

 


Inicio