ASPECTOS SOCIO-AFECTIVOS

    Cada niño tiene su propia manera de ser, de pensar, de hablar…, por lo que es imprescindible conocerle y respetarle tal como es.

    Se caracterizan por el gustarles el juego, la competición, la tenacidad, imaginación y deseos de agradar y aprender factores muy aprovechables y a tener en cuenta para trabajar más eficazmente con ellos. Por el contrario también se fatigan y a veces presentan cierta cabezonería.

    El establecimiento de un clima familiar y afectivo adecuado tendrá repercusiones positivas en el propio desarrollo del niño. Evitar sobreprotecciones, ansiedades, rechazos y una implicación activa de los padres en la educación del niño, mejorará evidentemente las condiciones en las que el niño se desarrolla.

    En la edad escolar y más aún en la preescolar es cuando deben establecerse las bases sólidas de relación del niño con su entorno. Las dificultades que en algunos casos representa la presencia de un niño con síndrome de Down en la escuela, muchas veces se deben no tanto a los propios compañeros sino a los adultos que son los que en ocasiones tiene prejuicios.

 

¿Qué podemos hacer?

    Los objetivos, contenidos y actividades deben encaminarse a la adquisición de hábitos, conocimientos y destrezas que le proporcionen madurez y autonomía a niel tanto personal como social:

  • Lograr una serie de habilidades de autocuidado (aseo, comida, vestirse).

  • Desenvolvimiento autónomo en su medio ambiente (desplazamientos por las dependencias del colegio, hacer recados, comportarse adecuadamente en diferentes situaciones, utilizar transportes públicos, etc.).

  • Despertar el sentido de la responsabilidad, la colaboración y el respeto hacia los demás.

  • Favorecer la formación de un autoconcepto y una autoimagen positivos.